¡Buenas tardes calderer@s!
Como os prometí ayer, hoy os traigo entrada de recetita.
No es que la sopa azteca sea típica chilena. De hecho su historia se remonta a la época prehispánica pero de otro país, esta vez centroamericano: ¡México! Si aparece en este relato de viajes por Chile es que fue allí donde la conocimos, de la mano de nuestra anfitriona rastossa.
La característica principal de la sopa son las tiras de tortas de maíz doradas, pero como no teníamos a mano, hemos utilizado unos nachos como sustitutos (qué fue además como la probamos por primera vez). La inclusión del aguacate en crudo al caldo, le da un sabor inesperado y exótico que hará que queráis repetir. ¡Ya lo veréis!
Esta es mi versión de la receta:
Ingredientes: (para 2 personas)
- 1 aguacate maduro
- 1 pechuga de pollo pequeña
- 2 tomates medianos
- 1 cebolla
- 4 dientes de ajo
- 1 litro de caldo o agua
- queso rallado al gusto (yo he usado Emmental)
- un puñado de nachos
- sal y pimienta
- aceite de oliva
- 1 cuchatadita de merkén (podemos sustituirlo por una mezcla de pimentón dulce y picante, pero le faltará el toque ahumado)
- 1 cucharadita de orégano
Elaboración:
Picamos nuestra cebolla en tiras largas y los ajos en ruedas.
En una olla ponemos unas cucharadas de aceite de oliva y pochamos a fuego lento los ajos y la cebolla.
Con ayuda de unas tijeras de cocina, picamos la pechuga de pollo en dados. Cuando empiecen a dorarse los ajos y la cebolla la incorporamos a la olla y salpimentamos al gusto.
Salteamos la pechuga unos minutos y cuando la carne haya cambiado de color incorporamos el tomate picado en cubos.
Dejamos que el tomate se cocine bastante, apretando un poco con la cuchara los trozos hasta convertirlos en una especie de puré. Aderezamos con el tomillo y mezclamos bien. Incorporamos a la olla nuestro caldo, o el agua y rectificamos de sal añadiendo al caldo también el merkén (o el pimentón).
Presentamos el aguacate en cuencos separados
Tapamos ahora la olla y dejamos que se haga la sopa durante unos 20 minutos a fuego lento, removiendo de vez en cuando.
Mientras tanto, aprovechamos para preparar el aguacate, sacándolo de la cascara y quitándole el hueso para después cortarlo en cubos. Lo presentaremos en dos cuenquitos separados para que cada comensal se vaya sirviendo al gusto, al igual que los nachos, que también irán separados.
Pasados los 20 minutos apagamos el fuego y servimos la sopa en dos cuencos o platos.
Podemos presentar los cuencos con algunos nachos y trozos de aguacate ya dentro, e incluso con un poco de queso para que se vaya fundiendo por el calor. El resto de los nachos, aguacate y queso lo irá añadiendo poco a poco cada comensal a su gusto con forme se vaya comiendo la sopa.
¡Que aproveche!
Sopa azteca
Sopa Azteca