En los cambios de estación es muy fácil pillar un resfriado sin darse cuenta. A mi me ha pasado. La transición hacia el otoño hace que nos abriguemos por la mañana, pero al mediodía nos asemos de calor. Esos cambios brusco de temperatura son fatales...
Por eso ayer decidí preparar una sopita de campeonato que entonara el cuerpo y reconciliara con la estación.
La sopa de picadillo es un plato muy andaluz. Hay quien dice que los huesos de jamón para la sopa revuelven el caldo, pero en este caso su presencia es fundamental. Un poco de huevo duro picado y un picadillo de jamón y el goce está garantizado.
Para 6-8 personas:
- un cuarto de pollo
- un hueso de jamón
- 2 huesos de rodilla
- 300 g de garbanzos remojados
- 3 zanahorias
- 2 puerros
- 1 rama de apio
- 1 patata pequeña
- sal
- 3 huevos
- 100 g de jamón serrano
- 4 puñaditos de fideos
- perejil
Se llena hasta la mitad la olla express con agua fría y se pone a calentar. Se añaden los huesos lavados, el pollo y las verduras lavadas y picadas en trozos grandes. Se incorporan los garbanzos dejados en remojo la noche anterior.
Se sala y se lleva a ebullición. Cuando comience a hervir se desespuma, es decir, se coge con una cuchara toda esa espuma grisácea y se desecha.
Se cierra la olla y se mantiene hirviendo, a partir de que pite, una hora. Si se hace en cazuela se duplica el tiempo de cocción.
Se ponen los huevos a cocer en una cacerola durante 12 minutos. Se refrescan, se pelan y se pican muy finos. Se pica también el jamón serrano.
Se abre la olla y se cuela el caldo obtenido a través de un colador. Se añaden los fideos al caldo cunado se inicie la cocción y se mantienen el tiempo indicado por el fabricante (depende del grosor).
Cuando la sopa esté hecha se agrega el huevo cocido, el jamón picado y el perejil lavado y picado. Se sirve inmediatamente.