Sopa rellena

Por Paloma Alós @eltercerbrazo

Esta semana terminamos noviembre y damos paso al último mes del año. Ya sabéis, el mes en que tradicionalmente se celebra la Navidad. Con ella, reencuentros, reuniones familiares, amistosas, extra-laborales, vecinales… a veces obligatorias, a veces esperadas durante más de 11 meses… Pero en todas, un factor común: Compartir.

Ante la pregunta ¿qué es la Navidad?, reuniríamos infinidad de respuestas, desde que es una hipocresía mundana y humana hasta que es un período de celebración de la VIDA, la LUZ y el AMOR.

Este blog -si os habéis dado cuenta- no suele meterse en ideologías, en política, en tendencias sociales (aunque quizá debiéramos, que hay muchas veces que una se muerde los labios y la lengua intentando ser neutral para que la receta de turno no se indigeste a nadie!)… No me va ni el sensacionalismo, ni el despecho, ni la publicidad gratuita, ni remover la mierda. No conduce a nada. Pero ni todo es tan malo ni tampoco tan bonito como lo pintan.

Hoy es hoy, a punto de meternos de lleno en esa infinidad de respuestas que habríamos encontrado (¿Qué es la Navidad?)… entendamos que para muchos es el momento más maravilloso del año; para otros, el más triste porque no están sus seres queridos; para algunos la celebración del nacimiento de uno de los Mesías que vinieron a salvarnos y por tanto momento espiritual ante todo; para tantos otros solamente un fantástico período vacacional para aprovechar viajando; y hay también quien ansía estos momentos para ver a su familia, o a amigos -cosa que solamente puede hacer en ocasiones especiales-. Así que de momento, entiendo que lo primero que la Navidad DEBE SER, para TODOS, tiempo de RESPETO.

A partir de ahí, me voy a la parte material de las fechas: comidas, cenas, compromisos, ilusión por hacer llegar a los tuyos lo mejor que culinariamente puedes ofrecer … ¡Aquí entra El Tercer Brazo!

Esta Navidad, vamos a intentar ayudarte a suavizar asperezas con quien no te llevas bien, a llegar con el cuerpo en mejores condiciones a altas horas de la noche, a dejar buen sabor de boca a tus seres queridos, a conseguir ser el mejor anfitrión, a descubrir que -en estos casos- la comida puede ser una buena excusa para reunirte con quien no sabías de qué modo acercarte, o para reunirte, sin más… Voy a sugerirte algunos de esos platos que conquistan por el estómago, el olor, el sabor o la vista… ¡eso sí! Ponle tú el corazón (es el único ingrediente secreto, personal e intransferible).

Comenzamos tanda de sugerencias navideñas con este post, un primero a base de carne: Sopa rellena.

Si buscas en Internet, encontrarás que existe el nombre, pero el contenido no es el mismo. Se le llama sopa rellena a la elaborada rellenando pasta (caracolas concretamente) de carne picada.

Bien, “mi” sopa rellena es distinta. Así la hacía mi madre y mi abuela y la llamaban igual, por lo tanto no le he cambiado el nombre. Simplemente es la sopa rellena de mi casa, de mi madre. A ella -que ya no está- le encantaba.

Hacía años (muchos muchos años) que no la probaba. Cuando ella dejó de cocinar debido a que el Alzheimer le robó su cotidianidad, su vida y su memoria, nunca más nadie la hizo en casa.

Mis hermanos y yo, tenemos un libro manuscrito de su puño y letra (y a su manera) de SUS recetas, las que siempre nos hizo en casa. Nos las regaló a cada uno de nosotros antes de abandonar el hogar paterno.

Revisando ese “recopila” personal para estas fechas, elegí ésta. No lo dudé. Si contestar lo que es la Navidad es difícil, contestar a lo que sabe la Navidad lo es más aún… pero esta sopa (y lo siento, no os lo puedo explicar) a mí, me sabe a Navidad.

…Y creo que de algún modo, donde dije “ya no está”, es posible que me equivoque…

Con esta receta participo en el Reto de “Christmas Time” de la comunidad Cocineros de Mundo en Google+

Ventajas de hacerlo con Thermomix

En esta receta podemos hacer con Thermomix el caldo de carne. Saldrá expectacular: concentrado y sabroso. El resto de la receta, deberemos terminarla con los utensilios convencionales, a la antigua usanza… Este plato bien lo merece!!

Receta Sopa rellena

Según la forma tradicional

Ingredientes (para 6 raciones)

1/4 de magro de cerdo picado
1 cucharadita de pimentón de la Vera dulce
1 cucharadita de canela
1 toque de pimienta molida blanca (al gusto)
Perejil
1/2 diente de ajo (ó 1 entero, si es pequeño)
2 huevos
Pan de un par de días (que quede correoso, pero todavía no esté duro del todo) cortado a rebanadas de medio centímetro aproximadamente
Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) para freír
Caldo de carne casero (tipo de puchero), aproximadamente 4 cazos por persona (podemos hacerlo según la explicación que ya dimos en la receta Sopa de ajo, tanto para hacerlo del modo tradicional como con Thermomix)

Preparación

En una olla grande, ponemos a calentar el caldo.

Nota: No tengáis miedo a que os sobre caldo. Si sobra después de servir, una vez frío de nuevo lo podéis congelar aunque éste mismo inicialmente ya sea descongelado, puesto que ha hervido. Tened en cuenta de que en él, vamos a cocer rebanadas de pan de dos días y nos beberá mucho líquido, así que calculad unos 4 cazos de caldo por persona. Es preferible que sobre a que falte.

Separamos las claras de las yemas de los huevos. Reservamos las claras.

Amasamos el resto de ingredientes (a excepción del caldo) en un bol. Cuando esté todo bien integrado, con ayuda de un cuchillo extendemos la masa de carne por encima de cada una de las rebanadas de pan, con generosidad, haciendo montañita. Veremos que no se cae y queda completamente ligada.

Ponemos el aceite a calentar en una sartén. Mientras, y una vez tengamos todas las rebanadas untadas del preparado de carne, batimos las claras reservadas y las pasamos una a una por ambas caras. A continuación, con el aceite bien caliente, las freímos solamente por la parte de la carne, para que quede dorada. En cuanto veamos que ya tiene un color tostado, sacamos e introducimos en el caldo de carne que ya estará hirviendo.

Veremos que flota boca abajo, lógicamente, por el peso de la carne en un lado del pan. No os preocupéis, no se desprenderá… Bajamos el fuego al mínimo y dejamos cocer unos 15 ó 20 minutos.

Cuidado al servir, porque el pan se habrá inflado de un modo considerable y ahí sí se puede romper al cogerlo, así que usad un cazo que abarque la “isla” flotante y servidlo muy cuidadosamente, dejándolo boca arriba, que ya se mantendrá derecho.

No me cabe la menor duda de que vais a disfrutar!