Ingredientes: (para cuatro personas)
- 4 dientes de ajo
- 250 g de jamón serrano
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 8 rebanadas de pan duro
- 1 litro y medio de caldo de carne o agua
- 4 huevos
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- sal
Preparación:
En una cazuela calentamos el aceite de oliva y doramos los dientes de ajo fileteados. Cuando estén listos podemos retirarlos del aceite o dejarlos dependiendo de si nos gusta o no encontrarlos en la sopa. Ponemos el jamón cortado en dados y el pan en rodajas finas. Si tenemos un buen pan blanco bregado castellano mejor que mejor. Dejamos que el pan se impregne del aceite con sabor a los ajos y añadimos el pimentón, éste puede ser dulce o picante dependiendo de los gustos. Añadimos el caldo o el agua en su lugar, queda muy sabroso de cualquier modo. Dejamos cocer unos diez minutos removiendo para que el pan se deshaga. A continuación añadimos los huevos batidos y dejamos un par de minutos para que se cuajen. Servimos muy caliente.
Curiosidades:
Esta es una receta tradicional que en su origen se preparaba para aprovechar el pan duro que quedaba. Con un poco de jamón y unos ajos preparaban una sopa deliciosa. Podéis sustituir el jamón por chorizo fresco o por panceta o por una mezcla de ambos, eso ya a vuestro gusto.
El ajo se extendió desde Asia Central donde lo tomaban los obreros que construyeron las Pirámides de Egipto. En Grecia lo comían los atletas para coger fuerza durante los entrenamientos y competiciones y durante la Primera Guerra Mundial se utilizó como antiséptico para la desinfección de heridas. Es muy rico en proteínas, fósforo, yodo, potasio , vitamina B6 y compuestos sulfurados como la alicina que son los que le confieren sus múltiples propiedades.
Si te ha gustado esta entrada, te invito a suscribirte por correo electrónico para recibir todas las novedades del blog en tu bandeja de entrada.
---