Siete años después, habiéndose olvidado de buena parte de sus andanzas infantiles, Nonoka Komiya, una de las niñas de ese grupo, regresa al pueblo tras haberse mudado a Tokyo por la enfermedad de su madre, que acabó falleciendo. Al llegar se encuentra con Noel, una niña muy alegre, y un inmenso OVNI sobre el lago del pueblo.
Pronto empieza a recordar su infancia y se marca como objetivo recuperar sus viejas amistades. Pero después de haber desaparecido de la noche a la mañana, no todos están dispuestos a recibirla con los brazos abiertos nada más regresar.. No creo que me vaya a salir una reseña muy extensa porque no hay demasiado que comentar de la serie. Podría deciros que es una especie de Ano Hana pero con una alienígena que concede deseos en vez de un fantasma. Aunque aquella serie me gustó, a pesar de excederse con el drama hacia el final, ésta no está a la altura porque, mientras una tenía dilemas justificados en mayor o menor medida, aquí no tienen sentido ninguno de ellos. Pero vamos por pasos. El guión resulta un tanto errático y tarda en verse hacia dónde camina la historia. Principalmente porque tenemos un inmenso OVNI que al final no tiene ningún peso en la trama, y eso descoloca mucho. De todos los caminos que podía seguir, al final acaba limitándose a mostrar la reunificación del grupo de amigos y la obtención de sus deseos infantiles. Entre medias se dan situaciones cotidianas más o menos originales que dejan algunos de los mejores capítulos gracias a Noel. Así que, lo que parecía prometer más de la serie, el punto original del tema de OVNI, queda desaprovechado por completo resolviéndose todo al final de manera precipitada, muy poco original y tirando de un gran Deus Ex Machina. Al menos la serie que ya os he mencionado acababa de manera coherente a su desarrollo.