Para atenuar los daños políticos provocados por la marea negra del Prestige José María Aznar responsabilizó en noviembre de 2002 al vicepresidente, portavoz del Gobierno y ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy.
Igual que acaba de hacer Rajoy con su vicepresidenta, portavoz del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, para arreglar el problema informativo provocado por el contagio de la auxiliar de enfermería.