Roberto Malaver.
¡A qué no me conoces! ¡A que no me conoces! Desde que Embajada Radonski dijo que las próximas marchas de la oposición iban a ser por sorpresa, todos estamos pendientes no nos vayan a coger por sorpresa. En un momento en que nadie se sorprende de nada, venimos nosotros a decir que vamos a hacer marchas sorpresas. La sorpresa sería que la gente fuera a la marcha, porque ya nadie quiere ir a ninguna marcha nuestra. Menos mal que viene el carnaval, que pudiéramos hacer una marcha de disfraces, y así, de una manera más original, la gente, a pesar de que todos llevaríamos máscaras, nos conocerían mejor, porque estaríamos dando la cara a pesar de no dar la cara, y nosotros nos entendemos, por eso decimos que Maduro abandonó el cargo pero no lo abandonó.
Embajada Radonski está inventando vainas porque todo se le ha caído. Lo del referéndum lo dejó muy mal, y después se puso a pedir elecciones generales y por lo visto tampoco hay nada, y ahora se viene con las marchas sorpresas y nada, y lo peor es que ahora dice que hay que sacar al Chúo de la secretaría de la Mud, y Julio- Matemático- Borges dice que no hay reemplazo en la oposición para el Chúo, y así estaremos de jodíos, que no hay nadie entre nosotros capaz de sustituir al Chúo, no me jodan, con tanto cerebro en bruto, que no se ha dado a la fuga, y que tenemos nosotros rodando por el país, y ahora viene Matemático Borges a decir que no hay una mente capaz de sustituir a ese secretario, esa sí es una verdadera sorpresa. Ni que ese secretario fuese un Betancourt.
Y otro que se va es Ernesto Samper, el presidente de Unasur, otro presidente que se va y Maduro sigue allí, y nosotros hablando pendejadas de abandono del cargo y otro montón de vainas, y salen presidentes de todas partes y Maduro allí, declarando al liquiliqui como el traje de la identidad nacional, que por fin parece que la encontraron, es decir, la identidad nacional, y dice que hay que ponerse el liquiliqui para los actos oficiales y los desfiles, y esa es otra cosa que nos quitan a nosotros, porque el liquiliqui lo tenía Juan Bimba, aquel muñequito del logotipo adeco que aparecía en alpargatas y con un bollo de pan en el bolsillo y una frase que decía: Por una Venezuela libre y de los venezolanos. Es decir, Maduro nos está expropiando nuestros símbolos de lucha, el liquiliqui es nuestro, carajo, y adelante, a luchar milicianos.
El papá de Margot vino del desfile que se hizo en Los Próceres en homenaje a Zamora, y llegó hablando solo:
“Por eso es que no nos quiere nadie, ¿por qué carajo tiene Ramos Allup que llamar delincuente a Zamora? Si el compañero Pérez ya lo había reconocido como un patriota en 1975 con un decreto. Qué vaina es esa. Ese decreto de Pérez como que cogió por sorpresa a Ramos Allup”. Y se fue al cuarto y le metió aquel coñazo a la puerta tan duro, que un soldado en el Fuerte Tiuna dijo: “Como que estalló tarde esa bomba del simulacro”.
– Sorpresas te da la vida.- me canta Margot
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