Sorpresas en las bodegas

Publicado el 06 septiembre 2018 por Monpalentina @FFroi
Los Galeones eran propiedad de la corona española, no así los cargamentos que transportaban. Estos pertenecían a comerciantes e intermediarios de Manila que enviaban mercancías del oriente asiático y de Japón ganando con  su venta. Eran mercancías muy esperadas tanto en Nueva España como en la Península. 
Cadena de oro con diferentes adminículos de higiene personal y un silbato.
Con la ruta de los Galeones bien establecida, el negocio de las especias floreció: a la Península llegaban grandes cantidades de clavo, jengibre, canela, nuez moscada y otras que vendidas en los mercados europeos producían pingües ganancias. Pero pronto descubrieron que había otros productos muy interesantes para negociar.
De Filipinas salían para Nueva España o para seguir viaje a la Península todo tipo de mercancías: medicamentos, sedas bordadas de China, lacas de Japón, marfiles tallados, alfombras y tapices de la India, tintes, objetos de carey y porcelanas en grandes cantidades: (en Europa no se descubrió como fabricarla hasta mediados del siglo XVIII). Y muchos productos más.
Tuve acceso al Libro de Caja de don Lorenzo de Rugama, un importante  militar que además de Maestre de bajel en el Galeón de Manila fue un gran negociante que vivió muchos años en Manila. Su Libro de Caja abarca 17 años, desde 1722  hasta 1739 y describe las mercancías que enviaba para ser negociadas. Entre otras encuentro docenas y docenas de pares de medias de algodón y seda para omes, blancas o turquí, hechas en China, preferentemente en Cantón. Peines de carey y peinetas por cientos, tibores con especias, un encargo de un  cajón de baynilla para llevar a Cádiz, etc.
Pero lo que me sorprendió fue el envío en varias ocasiones de elefantes. En principio, no encajaban vivos, no podía entenderlo. Después el encargo era de “dos elefantes blancos” y me dije “¡Ya está! De marfil”. Pero más adelante solicitaban cuatro verdes…
Después de mucho rebuscar apareció que “los elefantes eran unas piezas de tela indias, de 33 varas, de color, crudas o de abrigo que llevaban estampado un elefante”. ¡Algo así como las piezas de tela para sábanas “El burrito blanco” pero de la India!
En pecios de galeones han aparecido cosas curiosísimas: un orinal de peltre, metros y metros de gruesas cadenas de oro, una cadena con un silbato y adminículos de higiene personal como colgantes: palillo para dientes, cucharita para limpiar los oídos…  Docenas y docenas de pocillos de porcelana y lo que me descolocó: ¡una plancha de alabastro!

Una sección de Elisa Gómez Pedraja para Curiosón, 2018