(ENGLISH AFTER THE JUMP) Empecé este blog por la pura curiosidad de ver si el escribir regularmente sobre la música que me gustaba valía la pena, si a alguien le interesaría, si había por el ciberespacio alguna alma gemela (musicalmente hablando). Poco me costó darme cuenta de que me resultaba más fácil y reconfortante hablar de mí que de los cantantes o grupos que elegía para la entrada semanal. ¿Vanidad? ¿Atrevimiento? ¿Exhibicionismo? Puede ser un poco de cada cosa, pero solo en pequeñas dosis. Lo cierto es que lo que sale reflejado aquí es lo que me sale de natural cuando me siento frente a la pantalla y reviso lo que me pasa por dentro, de modo que al final, de tanto repetir que esto es un blog de canciones, resulta que va y ¡sorpresa! se convierte en un diario en toda regla.
No quiero decir que a partir de ahora no vaya a hablar de música -que sí-, pero digamos que no voy a ponerle tantas vallas al prado y no voy a limitarme exclusivamente a la música indie (en realidad, ya me había saltado este presupuesto antes). Además, viendo el efecto terapéutico de escribir sobre lo que te emociona o te indigna, me quiero quedar con la sensación de que soy libre de poner negro sobre blanco aquello que me dé la gana. Faltaría más que, encima de crear yo el blog, me autoimpusiera una absurda presión a modo de línea editorial que no me pudiera saltar cuando quisiera.
Viene todo esto por los recientes acontecimientos con los que la vida me ha sorprendido, que tienen que ver con la pérdida. La desaparición de tu vida de personas que un día se asomaron tímida o avasalladoramente a ella y que, tras un periodo de tiempo variable, se esfuman sin encontrar explicación. Estas personas te prometen amistad eterna, te abren las puertas de su casa y se vuelven zalameras en expresiones llenas de afectividad hasta que un día ¡sorpresa! te das cuenta de lo poco que en realidad contabas para ellos. Ya ni hablo de ciertos elementos, llamémosles mediáticos, idealizados, que una vez conocidos en persona ¡sorpresa! desvelan una falta de clase tan grande que, con su altivez y soberbia, te devuelven al mundo real con una sonora e inmerecida bofetada. Y es que no aprendemos. En estos casos, siempre, bienvenida la pérdida.
La vida te da sorpresas... como dice más de una canción. La de Prefab Sprout, una de mis favoritas del grupo liderado por Paddy McAloon, te avisa de lo poco que sirve a veces hacerte mayor y más sabio, si no sabes lo que te vas a encontrar a la vuelta de la esquina, por mucho que programes tu vida. Las personas entran y salen de ella a veces a cuentagotas y otras en inesperada avalancha. Unas te fascinan y otras te repelen y, al final, quedan sólo unas poquitas que, por más que ellas quisieran, jamás desaparecerán de tu vida, permanecen en tu corazón aunque no las vuelvas a tocar ni a ver en persona. Por eso, mejor no perder el tiempo con hologramas que se desvanecen al intentar tocarlos y que no ofrecen más que una ilusión de amistad y de afecto más falso que los billetes del Monopoly. Me quedo con la gente que solo te da sorpresas el día de tu cumple.
Pero esto lo digo todo de buen rollo, eh! Que, como dice la canción: "la acritud es un reclamo para que regresen las peores cosas."
Y ahora vamos cono el grupo. Como cuando hablaba de The Divine Comedy y Neil Hannon, de la misma manera Prefab Sprout es Paddy McAloon, y viceversa. Uno de los compositores y letristas más brillantes que ha dado el pop desde los años 80. Desde el rompedor y arriesgado Swoon, pasando por la obra maestra que es Steve McQueen, donde no sobra una nota ni un verso, el comercial From Langley Park To Memphis o el introspectivo Jordan:The Comeback hasta el ninguneado Let's Change The World With Music, Paddy ha dado muestras de cómo se puede transitar por la difícil línea que separa el pop melódico de la "pastelada" y salir airoso en todos los intentos. Los que ya lo conocéis, este es el momento de revisarlo, y los que nunca lo hayáis escuchado, no sabéis lo que os perdíais.
I started this blog out of curiosity. I wanted to know whether the experience of writing regularly about the music I liked was worth it, and if anybody in the cyberspace would be interested in me (musically speaking). Soon I realized how comforting it became to write about myself rather than of the bands I chose for the weekly post. Is it vanity, daring or exhibitionism? Probably there's a little bit of all that, but just in small doses. It's just that I started finding it natural to talk about what was going on inside me at the very moment I sat before the laptop screen. Thus, the blog started changing from a song blog to a... surprise, surprise! a personal diary.
I don't mean I am going to stop writing about music (I certainly won't), but I won't limit myself to indie music (in fact I had already skipped that self-imposed rule). Moreover, having seen the therapeutic effect of talking about what I love and detest, I want to remain with the impression that I'm writing about what I really like. I want to feel as free as a person that has started his own blog can feel. I don't want to stick to absurd impositions.
The reason for all these thoughts is the recent event in my life that have to be with the feeling of loss; the dissappearance of people from your life. People that one day turned up timidly or just pushing on and all of a sudden, after a certain period of time, simply fade away. These people promise you a neverending friendship and flatter you with false affection and loving words and open the door to their homes for you to come at any time until one day...surprise, surprise! you realise how little you really meant to them. Not to mention all the celebrities that you once happened to meet in person and... surprise, surprise! reveal such lack of class that slaps you off the idealized dream in a most undeserved way. Conclusion: we never learn enough. In these cases, let's welcome the loss.
It's a life of surprises (quote). Prefab Sprout's song, one of my favourites of Paddy McAloon's band, warns us of how 'it's no help growing older or wiser', if you never know what lies ahead, no matter how much you plan about your life. People come in and out of it, sometimes little by little and sometimes en masse. Some are fascinating and others are repulsive, but in the end, only a few of them remain. These ones never fade away, even if they wanted to, even if you never touch or see them again, because they live in your heart forever. So, I think we'd better not waste our time with holograms that vanish in the air the moment you want to touch them and offer nothing but an illusion of friendship, because they are as fake as Monopoly currency. I prefer the ones who only give you surprises on your birthday.
But don't you think I'm being too nasty, I am saying all this with all my love and positive energy. I believe Paddy when he sings: 'bitter makes the worst things come back'
So let's talk about the band. As well as The Divine Comedy and Neil Hannon, Prefab Sprout is Paddy McAloon and viceversa. The latter is one of the most brilliant songwriters that pop music has given us since the eighties. He has always been able to walk along the thin line that divides mellodic pop and affected sentimental songs. Since the risky Swoon, the masterpiece Steve McQueen, where no verse or chord can be left out, the commercial From Langley Park To Memphis or the introspective Jordan:The Comeback until the ignored Let's Change The World With Music, Paddy has been successful any time he's tried to. If you already know about the band, it's time to revisit. If not, how lucky you are, because you don't know what you were missing.
Enlaces:
Prefab Sprout's unofficial website: www.prefabsprout.net