En esta ocasión el director napolitano realiza un emotivo retrato nostálgico de la madurez a través de dos amigos octogenarios que pasan unos días de vacaciones en un balneario de los Alpes Suizos. Fred (Michael Caine) es un director de orquesta ya retirado que no piensa en volver a dirigir ningún concierto ni aunque se lo pida la mismísima Reina de Inglaterra mientras que Nick (Harvey Keitel) es un director de cine que continua ilusionado preparando la que se cree que será su ultima cinta que quiere que interprete una de las divas del momento. Sobresale Michael Caine, nuevamente esplendido, que recuerda a Toni Servillo, actor fetiche de Sorrentino con el que ha trabajado entre otras cintas en Le consecuenze dell'amore, Il divo y La gran bellezza.
Amado por algunos, rechazado por otros, Sorrentino vuelve a sus origenes y realiza un retrato de la madurez y del paso del tiempo.