Sorteo de Pervertidos, de editorial Traspiés

Publicado el 04 mayo 2012 por Goizeder Lamariano Martín
Para celebrar que Cuéntate la vida cumplió el domingo 29 de abril dos años quiero compartir con todos vosotros un fabuloso concurso organizado por la editorial Traspiés.  Sortean 30 ejemplares de PervertiDos, 15 de Perversiones y 10 camisetas de Vagamundos. Para poder ganar uno de los libros tan solo has de ser seguidor del blog de Vagamundos o de su página en Facebook. Y para participar solo hay que escribirles, dejando un comentario en la entrada del concurso en el blog Vagamundos o enviando un correo a info@vagamundos.org aportando la identidad de Google o el nick de Facebook. El plazo para participar finaliza el próximo martes 15 de mayo. Cada participante solo podrá optar a un lote compuesto por los dos títulos y una camiseta. La lista con los ganadores se hará pública antes del 20 de mayo.
  Yo ya he participado y os animo a todos a participar. Mucha suerte para todos.   Para ir abriendo boca os dejo uno de los relatos que forman el libro, titulado Falta de amor, de Víctor Lorenzo y la ilustración que le acompaña, obra de Raquel Valenzuela.    La primera nota que me escribiste, la que deslizaste con disimulo dentro del bolsillo de mi abrigo, fue la que produjo el chispazo. Yámame, rezaban unas letras anónimas, escritas con carmín y prisa debajo de un número de teléfono. Te llamé, claro está, no pude resistirme, y al poco ya vivíamos juntos. Desde entonces, lo primero que hago cada mañana al despertar es buscar el mensaje garabateado en un papel que sueles dejarme, apoyado en la cafetera, antes de marcharte a trabajar. Me estremecen tus confusiones sinuosas de bes y uves. Me excitan tus acentos inventados, que se clavan, placenteros, en mis ojos. Me pierden las haches intercaladas a tu antojo, entrometidas, y me encienden las olvidadas, que dejan desnudas las palabras, indefensas. Por eso, cuando no encuentro tus buenos días repletos de errores, revuelvo el piso en busca de cualquier cosa que hayas escrito, en la lista de la compra, en la agenda de teléfonos, en el calendario que cuelga de la cocina o en un papel de tu billetera. Más que lo que me dices, me encanta cómo te equivocas, aunque jamás te lo he confesado. De todos modos, supongo que ya te habrás dado cuenta porque la nota que dejaste esta mañana, mucho más larga que de costumbre, estaba correctamente escrita. Decía que te marchas para siempre y sólo tenía una falta de ortografía. En mi nombre.