Sortu, el gen de la maldad

Publicado el 04 marzo 2011 por Cronicasbarbaras

Cuando detenían este 1 de marzo a cuatro etarras vizcaínos con 200 kilos de explosivos, decenas de esos abertzales que quieren ser legalizados bajo la marca Sortu, renacer en euskera, aparecieron por todas las esquinas para vitorearlos como a héroes.

Gente aparentemente normal que se dice demócrata aclamaba a unos personajes con capacidad para matar a decenas personas y que en 2009 habían asesinado presuntamente al inspector de policía Eduardo Puelles.

Después, los partidos políticos le pedían a los batasunos, porque Sortu es Batasuna renacida, que condenaran pública y moralmente a los detenidos. Ese buenismo fracasó: los nacionalsocialistas callaron.

En realidad, y calculando que Batasuna ha perdido simpatías en los últimos años, es posible que en una Comunidad de solamente 2,2 millones de habitantes, queden aún hasta 70.000 personas que votarían Sortu mientras apoyan incondicionalmente a ETA, con o sin tregua.

En un país libre y democrático que miles de personas enaltezcan a unos despiadados asesinos señala la existencia de una maldad colectiva en ese grupo que quizás podría descubrirse con estudios genéticos y neuronales.

Se sabe que hay factores como el simple lenguaje que crean o corrigen conexiones nerviosas que afectan a la conducta: biología ideológica.

Sociólogos experimentales, sociolingüistas y genetistas encontrarían algo común, una neurona o un gen, en todos ellos.

Sabrían así por qué seguramente hasta su diez por ciento de esos 70.000 mataría sin remordimiento alguno en circunstancias favorables. Siete mil personas dispuestas a asesinar.

Fusilarían a medio Euskadi y a media España, si pudieran, porque mantienen latente su gen malvado. El problema para ellas es que la policía suele detenerlos, antes o después.

La pregunta es qué puede hacerse para extirpar el gen de la maldad, para corregir las conexiones cerebrales de esta masa que renace-sortu vitoreando a los asesinos.

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SALAS, que es un sabio, conocía hace tiempo los mensajes genéticos y el pasado de estos políticos: