Sos del Rey Católico, seguimos de Ruta por la Historia

Por Atableconcarmen @atableconcarmen


Ya os lo he ido contando. Iniciamos nuestra escapada en Zaragoza, continuamos por tierras navarras, Olite, y seguimos de ruta por la historia en Sos del Rey Católico.
   
Pero en nuestro camino de Olite a Sos del Rey Católico, hicimos una pequeña desviación con el objetivo de dar una vuelta por Pamplona. Allí nos recibió un día gris y con niebla que no fue impedimento alguno para dar un paseo por la calle Estafeta, por la Catedral y, como no, pararnos en la Plaza del Castillo y tomarnos un café o un chocolate en el emblemático Café Iruña.
        
    
Demasiado corta nuestra visita a Pamplona, eso me pasa por diseñar una hoja de ruta bastante apretada en la que no quiero dejar de conocer nada que se encuentre en mi camino. De aquí partimos hacia la Foz de Lumbier, una estrecha garganta que el río Irati ha ido labrando con el tiempo y que fue declarada reserva natural.
 
Tuvimos ocasión de ver como los buitres leonados aprovechaban las corrientes de aires caliente y sobrevolaban el acantilado. Imagino, se me olvidaron los prismáticos, que en sus paredes escarpadas es donde anidan. Incluso allí, de algunas grietas, cuelgan árboles y arbustos.
 
 
 
 
Íbamos sólo a contemplar el paisaje, pero la tentación era muy grande para un par de andarines como nosotros y acabamos haciendo una ruta de hora y media, en la que pasamos por un par de oscuros túneles, que nos ofreció la oportunidad de disfrutar con más tranquilidad del paisaje y de los vuelos de los buitres leonados.
  
Era ya mediodía cuando volvimos a la carretera, el Castillo de Javier era nuestro siguiente destino. No conocía su historia y la visita con audioguía resultó ser de lo más ilustrativa. Tengo la extraña sensación de que cuanto más conozco y aprendo, me doy cuenta que menos sé de la historia, no sé si alguno de los “ÀTable-lectores” tiene esa misma sensación.
 
 
 
 
El Castillo de Javier está muy bien conservado y recomiendo su visita, pero es verdad que después de ver la majestuosidad del de Olite, resulta imposible no comparar.
  
A pocos kilómetros del Castillo de Javier, cerca de Yesa, se encuentra el Monasterio de Leyre y estando tan cerca ya podéis imaginar que a una curiosa como yo no se lo iban a contar, tenía que visitarlo. Una pena que a la hora en que llegamos no pudiéramos disfrutar de su restaurante, por que me habían dado buenas referencias. En otra ocasión será.

 
A media tarde retomábamos de nuevo la carretera. Nos quedaba una última visita, Sangüesa, la última villa navarra antes de entrar de nuevo en Aragón y villa donde residía doña Juana, la madre del rey Fernando el Católico, hasta momentos antes del parto cuando decidió partir hacia Sos del Rey Católico para dar a luz en tierras aragonesas. Caprichos de doña Juana, o intrigas de palacio, ya que desde antes de nacer, parece que la madre de Fernando II tenía grandes ambiciones para él.
Sólo contemplar la portada de la Iglesia de Santa María la Real de Sangüesa queda justificada la visita a esta localidad.

 
Y de aquí a Sos del Rey Católico, que pertenece a la Comarca de las Cinco Villas, donde tuvimos ocasión de alojarnos también en el Parador, que ocupa un bello edificio noble de estilo aragonés en armonía con el resto de la población. Toda la villa ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico y ya nos damos cuenta del porqué en el primer paseo que nos damos antes de cenar.
 

El estado de conservación de sus casas de piedra nos llama la atención y es que sus habitantes están muy implicados en el mantenimiento y rehabilitación de sus edificios siguiendo su estilo.
El Parador se encuentra en uno de los extremos de Sos, por lo que nuestro primer paseo por la villa consiste en atravesarla de punta a punta. Andamos por callejuelas empedradas que suben y bajan, algunas muy estrechas y así, sin rumbo fijo, llegamos a la plaza del Ayuntamiento, a la Lonja y a la Iglesia de San Esteban.
 

Todo está cerrado y pensamos que es por las horas que son, aunque a la mañana siguiente, en el Centro de Interpretación situado  en el Palacio de Sada, nos aclaran que sólo con visitas guiadas se puede acceder al interior de estos lugares.
Ahora ya es tarde, así que volvemos al Parador a cenar en su restaurante. El Parador tiene una decoración elegante y austera a la vez. Piedra, madera y muebles de estilo castellano son allí los protagonistas.

 
En cuanto a la gastronomía, ofrecen platos inspirados en los productos y sabores de la Comarca de las Cinco Villas, que da nombre al restaurante. Nosotros probamos el menú que ofrecían aquella noche, por supuesto, acompañado de un vino de la zona.


 
A la mañana siguiente nos dirigimos al Palacio de la Sada, he utilizado su imagen para iniciar este post, para realizar la visita guiada a Sos. En este palacio fue donde nació el rey Fernando el Católico, el 10 de marzo de 1452. En la visita por sus diferentes salas conocemos más sobre la historia de la época, así como la Iglesia de San Martín de Tours que era la capilla privada del palacio.
Luego salimos al exterior, iniciamos nuestro recorrido por la judería, donde todavía queda constancia del paso de los judíos por esta villa. Encontramos una casa en la que hay una cruz grabada en el marco de piedra de entrada a la casa. Es un signo de que pertenecía a conversos, ya que justo debajo se halla un pequeño cuadrado tallado en la piedra, la mezuzah, en donde los judíos introducían la Torá. Queda así constancia de que esta casa fue testigo tanto de ritos judíos como que fue morada de conversos.

 
Continuamos nuestra visita por la Lonja. En la parte externa,  podemos ver una hendidura en uno de los soportales que servía como unidad de medida, para evitar los fraudes. El edificio que se utilizaba como mercado y que data de la Edad Media, también tenemos ocasión de visitarlo en esta ruta.
Ahora nos dirigimos a la Iglesia de San Esteban, adosada a la Torre del Homenaje. Nuestra guía lleva las llaves que abren todos los edificios de la villa que el día anterior nos hemos encontrado cerrados, así que pasamos a su interior y de ahí a la cripta que hay en la parte inferior.

Algún descubrimiento más de Sos del Rey Católico y damos la ruta por finalizada. Cogemos el coche y nos vamos a conocer Uncastillo, pero a las horas que llegamos ya todo se encuentra cerrado por lo que damos una vuelta por la judería y subimos hasta los pies de lo que fue la fortaleza desde donde se obtienen unas bonitas vistas de toda la villa.
  

 
Justo en ese momento comienza a chispear y decidimos bajar por si fuera a más, pero cuando llegamos a la Iglesia de Santa María, ya no llueve, así que nos quedamos un rato más antes de volver a Sos.
 

Nuestra escapada llega a su fin. Hoy será la última noche que pasemos fuera de casa y decidimos cenar en La Cocina del Principal, un pequeño restaurante del casco antiguo, con paredes de piedra, que ocupa una antigua casa noble medieval.
  
  

De ambiente acogedor, con platos característicos de la zona y con una buena materia prima, será el lugar apropiado para despedirnos de Sos del Rey Católico.
 

Puede que os parezca raro, pero a pesar de que íbamos a tomar platos de carne, elegimos un Riesling de Somontano para acompañarlos, los encuentro muy, pero que muy acertados, y nos apetecía.
Para compartir nos trajeron una Ensalada de Setas en Tempura, acompañada de una vinagreta de mostaza y miel, me cautivó la combinación.
  
Seguimos con un Ternasco asado al horno y un Entrecot, y el momento dulce estuvo dedicado a un Hojaldre con chocolate caliente y crema. Acertamos eligiendo este restaurante.
 
  

A la mañana siguiente tocaba despedirse de Sos del Rey Católico. Una última mirada desde la carretera, para verlo allá en lo alto, una imagen que nos impactó cuando llegamos y con la que nos quedamos.

De camino a casa volvimos a parar en Zaragoza, teníamos pendiente comer en Casa Lac, pero eso ya os lo he contado en otro post.
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¡Hasta pronto!