Me habría gustado escribir mi primer articulo tratando temas de marketing empresarial o de comunicación pero he creído más apropiado escribir sobre una situación que influye gravemente en todos los sectores en general y al del marketing y al de la comunicación en específico.
Estamos ante una situación que alguno la calificaría como de “Houston, tenemos un problema”, no sólo, como sabéis, a nivel económico o social-político, sino también a nivel de I+C+T (Inversión en Cerebros Talentosos).
Escucho todos los días en varios medios de comunicación la misma retahíla: que si qué mal va España, que si sube el paro, que si suben los impuestos… Estas críticas están completamente fundadas en hechos verídicos pero nadie se ha parado a pensar lo que supone esta situación para la “juventud talentosa”. Este segmento de la población está partiendo hacia el extranjero en busca de mejores oportunidades o desperdiciando su porvenir dedicándose a trabajos para los que no están especializados.
Leí el otro día un articulo que trataba sobre este mismo tema. En los países que nos rodean están implementando programas de becas universitarias y profesionales para retener la llamada “fuga de cerebros”. Esto es totalmente impensable que se de en nuestro país ya que las becas se otorgan a dedo y sólo para determinados sectores.
Es tal la frustración, desasosiego y pérdida de interés de la gente joven en estos tiempos de crisis que me siento realmente apenada por la situación. Tengo el placer de conocer a gente de gran profesionalidad y con mucho potencial que se ven abocados a marcharse al extranjero sin querer irse o a trabajar (si encuentran trabajo) en otros sectores en los que no podrán demostrar su valía de manera óptima.
Ante esta situación que estamos viviendo no me queda otra que escribir un articulo de estas características, no como crítica ni como reproche, sino como una llamada de atención a los responsables de esta criba. Tenemos un 20% de paro y en la humilde opinión de una servidora, seguirá subiendo a menos que los responsables políticos encuentren una solución adecuada.
Dejo la siguiente pregunta en el aire: si las nuevas “generaciones talentosas” parten hacia el extranjero o se dedican a algo que no es “lo suyo”, cuando acabe la crisis, ¿quién ocupará este espacio vacío?