Sostenibilidad es vida

Por Cooliflower

Leímos en Ecoticias la nueva opción de que permitía donar parte del valor de un producto a Greenpeace. ¿Es esta una forma de sostenibilidad?

En Zankyou, “El Facebook de las bodas” según Ecoticias, según ellos mismos… según nosotros una página -muy buena- con listas de boda personalizadas, amplían su catálogo de regalos, se vuelven más sostenibles. No es la primera iniciativa de este tipo que llevan a cabo, y con toda seguridad, no será la última. Es otro signo de que el mercado se mueve en dos direcciones opuestas, antagónicas. Ya no se trata tanto de “donar” como de vivir conforme a una nueva ética que abarca todo lo relacionado con un producto. Algunas asociaciones solidarias tipo REAS, que engloban organizaciones “sin ánimo de lucro, no sin beneficios”, parten de una nueva generación de empresarios a los que se les puede eliminar la coletilla peyorativa “sin escrúpulos”. En REAS apuntan: “Nuestro reto es crear unas estructuras económicas solidarias no excluyentes, no especulativas, donde la persona y el entorno sean el eje, el fin y no el medio para conseguir una condiciones dignas para todas las personas”

REAS y la iniciativa de Zankyou; ética y bodas, son dispares pero contribuyen a la sostenibilidad del término “sostenibilidad”. Se suele ignorar que esta palabra ubicuiscente es aplicable en cualquier ámbito de la vida porque se trata de algo simple que “puede mantenerse por sí mismo”: Un banco sostenible ofrece acuerdos justos y ventajosos sin arruinar a sus clientes para evitar su propia ruina; las empresas sostenibles contratan trabajadores evitando la precariedad laboral y la esquilmación de recursos; las familias sostenibles consumen con eco-inteligencia y cuidan su entorno… Ser sostenible es respetar los recursos, pero también las personas, para que las nuevas generaciones continúen disfrutando de una vida plena.

Todo en esta vida debería ser sostenible.