Soul basics: Lay it down (Al Green, 2008)

Por Bruno
Por Isley Juan
La seguidilla de comentarios al post anterior de Soul Basics –un contrapunto entre Spellbound, Ultravivido y yo- derivó, entre otras cosas, en que revisara la producción final de Al Green y descubriera ¡que había pasado por alto su último álbum! Así que, casi sin darme cuenta, una caminata por la avenida Corrientes con mi hija, desde Almagro a Villa Crespo, en Buenos Aires, desembocó en la disquería RGS, sobre Corrientes, a metros de Scalabrini Ortiz.
La disquería es adorable. Resiste a pie firme el embate digital –es algo así como un enclave de una época pre download– y solamente ofrece música envasada, bien exhibida y catalogada. Es más, salvo por un puñado de vinilos nuevos y algunas películas, aloja una amplia colección de cedés nacionales, europeos y americanos a precios razonables. Y está atendida por su dueño, alguien que de tan empeñado en ser un comerciante eficiente parece llevar sus conocimientos musicales como una imposición.
Así que mientras mi hija revisaba acá y allá, yo fui directamente a la sección “solistas masculinos” y con satisfacción encontré que estaba la producción de los últimos años de Al Green: "I Can’t Stop", "Everything is OK" y el que buscaba, "Lay It Down". Agarré el último y lo llevé al mostrador. El dueño-vendedor tomó la pequeña cajita e igual que a su colega de los vinilos usados, el músico afroamericano lo puso a hablar.
–Al Green... Mirá vos. Justo hoy me llegó la lista de la distribuidora que decía que lo descatalogan.
–¿Quiere decir que me estoy llevando el último?
–No, alguno más me queda –me dijo, satisfecho de su reserva mientras se lo alcanzaba a su única empleada para que me armara la factura.
Viejo, experimentado y sexy
"Lay It Down" es como la disquería de Villa Crespo: algo bien hecho, levemente anacrónico, que todavía tiene algo para decirnos sobre el mundo a pesar de que no ocupe un lugar central. Gran mérito parece haber en ello de los productores, los muchachos de The Roots “?uestlove” Thompson y James Poyser (pronto nos ocuparemos) que se las ingeniaron para volver a traer al Al Green de su época dorada, el que revisitamos justamente en el post anterior, pero a sus sesenta y pico de años, bien en presente.
Con una serie de sutiles decisiones –por ejemplo, actualizar el sonido rítmico, pero dejar calcado el de los vientos o traer invitados como John Legend o Corinne Bailey Rae pero mantenerlos lejos del primer plano - consiguen lo que Mitchell, su productor de siempre, no pudo con "I Can’t Stop" y "Everything is OK", sus álbumes del regreso.
En sus once canciones, Green le canta al amor y vuelve a encender la chispa apagada durante su retiro espiritual. Hay algo esencial, experimentado, hasta sexualmente sucio sobrevolando cada media entonación de su voz, ahora ligeramente más cascada pero tan potente como siempre.
Los títulos de las canciones reflejan algo de todo esto. El álbum abre con "Lay It Down" (“rendite, dejalo ir" invita sin ansiedad a la mujer destinataria de la canción) y sigue con "Just for Me" (gran estribillo en falsetto, cantando en paralelo con los vientos) y "I Don’t Wanna Change Your Mind" (otra canción que habla de aceptación y revisita con éxito el sonido Philly).
Después viene uno de los momentos más altos: "What More Do You Want From Me". Bien del sur, con cierto aire Staxioso que la sobrevuela, Green canta un leve reproche. Pasan sin desentonar las colaboraciones con Corinne Bailey Rae –la del hit "Put Your Records On"- y John Legend, y sobre el final, otros dos grandes momentos del álbum, con definiciones de afirmación personal: "I’m Wild About You" (“digo lo que tengo que decir, transito el camino que tengo que caminar, y solamente vos y yo”) y "I’m Standing in the Rain": “anotate esto si podés/ soy un hombre frío que trabaja duramente/mirá la guitarra en mi mano/Estoy parado acá afuera en la lluvia”.
El resultado total, parafraseando a Georgie B. que pedía a los artistas maduros “no la sencillez que no es nada, sino la modesta y secreta complejidad”, es una obra que suena natural, sin esfuerzo, pero primaria y profunda. Como Musicology, de Prince o Two Against Nature, de Steely Dan, "Lay It Down" termina ganándose su lugar como una gran obra tardía, un disco esencial cuando el mundo está ocupado en otros asuntos.
Sería una lástima que eso nos confunda: aunque no sean sus tiempos, el reverendo sigue teniendo un par de cosas para contar y convendría andar escuchando.
Coda:
Ya la nombré, pero escuchen “Belle” (1977). Me animaría a decir que es el otro disco fuera del período dorado que tiene su encanto. Desinteresado de la música disco, pero dotando de cierta gracia al Middle of the Road al que tanto provecho le sacaron en aquellos años bandas como Eagles o Chicago, tiene al menos dos canciones que podrían ir a parar tranquilamente a su mejor grandes éxitos.