Pues no, no ha sido llamado Fathi Akin por las sinuosas sendas de la comedia fácil y feliz sino más bien por los caminos de la fatalidad, el infierno y la boca del estómago. Es muy probable que Contra la pared y Al otro lado, además de dos contundentes y rocosos objetos de arte, hayan sido paridos como se pare un mamífero, desde las entrañas y con dolor, son tan verdad como el pan y la tierra. Por contraste esto de Soul Kitchen sería más bien un sudoku, un entretenimiento desestresante (para el autor, para mí bastante enervante) propio de una vida acomodada, un ejercicio técnico, desengrasante, gimnástico y quién sabe si económico. Es lo que va de decorar una habitación con papel de flores a pintar el Guernica, del kitsch al arte, de un politono a la Patética de Tchaikovsky.Soul Kitchen es además y sobre todo un juguete bastante averiado y renqueante en el que no funciona casi nada, a pesar de que se pueda olisquear la autoría del crimen en los gritos, en algún trazo de personajes y en muy poco más.
Es exactamente esto, la falibilidad, los vicios, las debilidades, el ánimo de supervivencia (haciendo tres Contra la pared seguidas veo muy comprometida la esperanza de vida de cualquiera) lo que ha hecho muy humanos siempre a los dioses griegos al contrario de los superantipáticos dioses semíticos, tan absurdamente infalibles y acusicas. Por supuesto que Fatih Akin permanece en el Olimpo, precisamente porque es capaz de Soul Kitchen
(Me parecerá muy bien que este tipo sea feliz, pero el muy maldito nos deja sin Cine... esperemos que se "recupere" y "recaiga" un poco, por el bien del arte...)
ARM