Soy Batman. Y Chuck Norris.

Publicado el 30 julio 2018 por Carlosgu82

Soy un superhéroe. Pero no cualquier superhéroe, no, yo soy Batman pero Batman Batman, el de pata negra, el bueno, el traumatizado. ¿No te lo crees? ¿En serio? ¡Discúlpame pero es mi opinión y debes respetarla! Si yo OPINO que soy Batman tu debes respetar mi opinión y mi libertad de expresión ¿vale? ¡Vivimos en una democracia! #libertaddeexpresion #yaestabien #dejadmevivir.

Por divertido que resulte pensar que el auténtico Batman tiene un evidente sobrepeso, vive en Fuenlabrada y es bastante pobre, me veo en la obligación de aclarar que no soy el hombre murciélago ni ningún otro héroe enmascarado. Sin embargo, si utilizara la ¿lógica? de las redes sociales, de la libertad de expresión y de los ex porteros del Real Madrid que juegan en Portugal, tendría todo el derecho del mundo a defender sin más argumento que saber hablar o escribir, mi identidad como el caballero oscuro de Gotham. Después de todo, en la era en la que la opinión es más fuerte que la espada, basta con tener unos cuantos dedos más o menos bien alineados para sostener cualquier barbaridad semejante.

Vivimos en un momento apasionante en la que la tecnología y la información nos ha convertido a todos en expertos en todo. Somos fotógrafos, directores de cortometrajes, poetas, dentistas, médicos, políticos, arquitectos etc. Creemos tener a golpe de clic todo lo necesario para llevar a cabo una operación de apendicitis, pintar la próxima Mona Lisa, legislar sobre privilegios sociales, aconsejar a nuestros semejantes sobre ese interesante lunar y por supuesto juzgar la labor de cualquier otro ser humano por el mero hecho de tener la posibilidad de hacerlo.

Es curioso como una de las épocas más interesantes de la historia con unas herramientas que deberían hacer del mundo un lugar más rico, más estimulante y completo se ha convertido en un gigantesco patio de recreo de niños de ocho años discutiendo sobre si Superman es más fuerte que Chuck Norris o si es mejor Nesquik que Cola Cao. Hoy, que tenemos a nuestro alcance toda la información necesaria para crear opiniones complejas, matizadas, respetuosas e interesantes, nos limitamos a llenar un “hastag” de palabras vacías e infantiles y crear bandos inútiles sobre si carne o pescado, Marvel o DC o azúcar vs sal.

Imagino que es complicado pedir reposo y madurez a una sociedad que lo quiere todo ahora, lo quiere YA y lo consigue sin problemas, pero sería muy deseable que la libertad de expresión, ese triunfo impagable, se utilizara con respeto, tranquilidad y coherencia…

…solo para ver qué pasa.