No sé si estaría buscando mimetizarse con el fondo o, más probablemente, se trata de otro de sus habituales ejercicios de hipocresía e incoherencia. Mucha gente no entiende que cada gesto de esta mujer está perfectamente calculado, que Pakistán, Nueva Orleans y todos los lugares donde se persona en plan Santa Angelina de Calcuta le importan un bledo. Que sabe que obtiene presencia en la prensa y una gran publicidad gratuita (y qué bien viene justo cuando estás en plena promoción de una nueva película, ¿verdad, Angelina?).
Si después de este número de circo, alguien todavía se cree el personaje que tiene montado, es que se merece totalmente el engaño.