Pero otras veces, visto después, me río de mi misma, porque basta que me diga alguien que me quite la chaqueta, por ejemplo, que hace calor para que mi terquedad me invada y no me de la gana de quitarmela aunque estuviera pensando en ello (y estanjano sabe de qué hablo, hola!jeje).
Ya se me ha pasado algo con la edad (no con la madurez, que mucho me falta!) un poco, pero antes era ver un vestido que me gustaba o algo así y ya podías enseñarme la tienda entera! que si me gustaba me gustaba, y que no se me entienda mal que no era "quiero eso" y montaba el espectáculo, si no podía ser no podía ser, pero si me dabas a elegir, me quedaba con ese por mucho que me dijera nadie.
Y eso creo que lo ha heredado mi estanjanito, porque hay unas veces que tenemos unas peleas por su terquedad! aich, los genes.