Soy un bloguero lento, o hacia el Slow Blogging

Publicado el 11 septiembre 2015 por Tomas
Hoy me he puesto una camiseta acorde con el tema del día, que no es otro que un cambio sustancial en el modo de administrar el blog.

Hace unos dos años y medio que comencé KindleGarten, y en este tiempo he pasado por varias etapas como bloguero, supongo que similares y paralelas a las que todos los blogueros y blogueras tienen con sus respectivos espacios: entusiasmo, desencanto, satisfacción por los logros, dejadez, intención de dejarlo, ilusión renacida... KindleGarten llegó a ocupar muchas horas de mi tiempo, algo que en su momento estuvo bien, pues aprendí muchísimo sobre literatura, blogs e Internet, conocí personas maravillosas y colectivos interesantes, y me resultó útil y hasta terapéutico en una etapa de mi vida que decidí vivir casi enclaustrado, pero por momentos también se hizo agotador. 
En un lejano diciembre del 2013 publiqué una entrada, "Cerrado por letargo", en la que anunciaba un cierre temporal del blog, un parón del que terminé regresando bastante antes de lo esperado, pues eran muchas las ganas que tenía entonces de retomar cuanto antes el proyecto. En aquel momento, por falta de reflexión, no me di cuenta de que lo que necesitaba no era un paréntesis dentro de una actividad bloguera intensa, sino otra manera de bloguear. De un modo similar, en la más reciente entrada "Recargando" anunciaba que ajustaría mi ritmo de publicación a una entrada por semana, para adecuarla a la actitud vital veraniega (del hemisferio Norte). Y lo cierto es que, por varias veces, no publiqué ni tan solo eso, habiendo hasta diez días de diferencia entre entradas, algo que para mí era impensable. Y sabéis que pasó? Nada. No pasó absolutamente nada. Internet siguió su curso y vosotros y yo seguimos con nuestras vidas. Empecé a pensar que había estado dedicándole demasiado tiempo y esfuerzo a algo que es una simple afición, y tuve una punzada de miedo: ¿Y si dejase de ser divertido? 

En la reseña de "Momo", de Michael Ende, hablamos del movimiento Slow y de la búsqueda de un modo de vida más tranquilo, más sosegado, más reflexivo y más tradicional. Personalmente no soy muy de movimientos, y expresé mis recelos hacia el Slow, pues si bien comparto su filosofía y sus postulados, no estoy de acuerdo con que sea un movimiento reglado, con organismos reguladores, certificados, especificiones y requisitos que cumplir (aunque entienda que deben protegerse de desaprensivos poco escrupulosos y de usos fraudulentos). 
Pero basado en él, existe desde el 2006 el Movimiento Slow Blogging, que se caracteriza por no ser centralizado, no requerir certificaciones, no ser homogeneizador..., ni tan solo tiene un manifiesto único, sino que cada uno se acoge al que quiere o elabora el suyo propio, o vive tan tranquilo sin manifiesto alguno. 
Por lo que he podido ver, la mayoría de blogs acogidos a este Slow Blogging Movement son blogs de viajes y lo que podríamos llamar "estilo de vida", o lifestyle, que en inglés todo suena mejor (salud, aficiones, paternidad, gastronomía, DIY, ecologismo, creatividad...), temáticas propicias para llamar a la descansada vida del que huye del mundanal ruido. 
Yo, por mi parte, hago mías sus ideas y su filosofía, y desde este momento plantearé KindleGarten de un modo diferente al acostumbrado hasta ahora. 

[fuente: TOTS100]



En resumen, y parece que aquí va mi propio Manifiesto:
1- Escribo para las personas, no para Google. No me importa que mi estilo de escritura o la longitud de mis entradas perjudiquen a mi blog de cara a los buscadores. Mis textos tendrán la extensión que necesiten para lo que yo quiera contar, no la que a Google le parezca bien. Internet debe ser para los seres humanos, no para los robots de búsqueda.
2- No tengo calendario ni reglas de publicación, mi blog no es un trabajo. He llegado a publicar hasta tres o cuatro entradas semanales. A partir de ahora actualizaré cuando tenga algo que contar, cuando pueda o cuando me apetezca. Sin plazos de entrega. Puedo publicar seis entradas seguidas o no publicar nada en meses.

3- Las cifras no me interesan. La satisfacción con la tarea propia y las relaciones humanas no son cuantificables. No necesito llegar a muchas personas, sino que aquellas que lean lo que escribo lo hagan por gusto y disfruten de mi labor. No me preocupan el SEO, ni las herramientas para mejorar la visibilidad y relevancia de mi blog o aumentar las visitas.

4- No necesito escribir sobre la actualidad ni opinar con inmediatez. Mi blog no es un periódico ni una red de microblogging en 140 caracteres, y creo que escribir "en caliente" sobre cuestiones de plena actualidad, noticias de última hora o tendencias del momento, sin dejar que las cosas se calmen un poco y sin una reflexión previa, no permite opinar adecuadamente ni sacar conclusiones acertadas.

5- Mi blog no me resta tiempo de mi vida ni entorpece mis relaciones personales y familiares ni los asuntos de mi entorno social. No abandono a mis personas queridas, ni mis otras aficiones, ni mis ocupaciones ni descuido la labor de otros blogueros y blogueras. Leer más y escribir menos me resulta enriquecedor.


Internet está llena de información sobre el Slow Blogging, de adscripciones por parte de blogs y de manifiestos como el de Todd Siedling (según The New York Times fue el pionero), el de Minimal Spot, el de Somos viajeros o el de Knotted Cotton, que además aporta este simpático icono para quien quiera lucirlo en su blog: 

Porque, por no tener, el Slow Blogging no tiene ni un logotipo distintivo único. Yo me he hecho el mío:

Que estará en el lateral derecho del blog en lo sucesivo. La imagen procede de Pixabay y tiene licencia de CC de uso libre sin atribución, que se contagia a mi obra derivada. 
En resumen, no se trata de escribir y publicar con lentitud a propósito, sino de hacerlo al ritmo de cada uno y según las circunstancias, sin sentirse obligado y sin una exigencia autoimpuesta para intentar captar el mayor número posible de visitas y alcanzar la tan ansiada relevancia en Internet. Consiste en conservar el gusto por las cosas bien hechas y en sentirse orgulloso de lo que hacemos, sin que sea un algoritmo de búsqueda quien diga si nuestro blog es de calidad o no.
Por mi parte, he hecho mi propio cartel explicativo, que queda a disposición de quien quiera usarlo, modificarlo o adaptarlo. La imagen proceden de Pixabay y tanto la original como mi modificación están publicadas con licencia CC sin necesidad de atribución: