Está demostrado científicamente que soy un genio, no de los de frotar lamparitas, sino de los listos. ¿No os lo creéis? Tengo pruebas.
Hace unos días salió una noticia con cinco reglas que los genios cumplen sin excepción. Vamos a destriparlas todas, con esa sabiduría y gracia que me caracteriza.
1. Son curiosos e impulsivos
Mi instinto felino me obliga a meter la naricilla en algunos asuntos, no todos, que tampoco soy una portera, pero sí que investigo sobre cosas que me interesan.
¿Impulsiva? Si decidir a última hora si actualizar el blog o no, no es un impulso, yo no sé lo que es.
2. Lo importante no es la educación, son las horas que dedican a su especialidad
Vosotros no lo sabéis, pero me paso el día pensando en fotos. No todas las horas haciendo fotos, pero sí planeándolas. Y cansa. El problema es que no dice cuántas horas son necesarias para alcanzar el grado de genio o es que no hay límite, porque, hombre, está bien invertir horas, pero comer y dormir también es necesario. O eso dicen.
3. Son muy críticos con su trabajo
Verdad. Yo hago fotos, las veo muy bonitas, me gustan y luego pasa el tiempo y les acabo pillando manía. ¿Por qué? No sé. No tiene nada que ver con mis modelos -¡hola! ¡guapos! ¡guapas!-. Creo que la culpa es de los demás, que no valoran mi arte y se empeñan en que siga haciendo fotos e inviertiendo más horas. Si yo ya tengo un caché, no entiendo nada.
4. Son sacrificados, solitarios y, en ocasiones, neuróticos
A ver a ver, creo que aquí no nos entendemos. Yo sacrifico lo que quieras. Una tarde con amigos por una sesión de fotos, vale. Pero de ahí a convertirme en una solitaria alma en pena... no... y lo de neurótica, creo que no es nada nuevo en mí, para qué vamos a meter el dedo en la llaga.
5. Trabajan siempre por pasión, nunca por dinero
Porque todos sabemos que los genios y artistas viven del aire, ¿verdad? Pues eso.