Soy un mentiroso

Publicado el 18 agosto 2014 por @igarro @igarro

Miento. Lo admito. Mucho. Constantemente. A todas horas. En cualquier circunstancia. A veces miento sin darme cuenta y otras, incluso, miento sin llegar a decir una sola palabra.

No me avergüenzo de mentir. A fin de cuentas la mentira no es más que una manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa. Nada muy grave.  Como experto en la mentira os voy a ofrecer una pequeña clasificación de los distintos tipos de mentira:

    • LA MENTIRA DEMOCRÁTICA. Nadie vota a la derecha y mucho menos al PP. Te dirán que vota en blanco, nulo o no van a votar. Que los hayas visto en el colegio electoral con la papeleta del PP en la mano es un pequeño detalle por el que prefieren pasar de soslayo.

Al preguntarles por su intención de voto dicen que dudan entre el coletas e IU #SoyUnMentiroso #DiarioDeUnPerdedor pic.twitter.com/FlNxlpTFg7

— Igarro (@Igarro) julio 17, 2014

  • AFICIONES. Imaginaos un programa de televisión y pensad que dirá el concursante al preguntarle por sus aficiones. Eureka: leer, cine, pasar tiempo con los amigos y viajar. De ahí no nos salimos un ápice. Si fuésemos sinceros diríamos: rascarnos la barriga, comer y beber como un salvaje y follar como varios salvajes. Pero no, vamos con la mentira por delante.
  • LA MENTIRA DEL SALUDO. Te encuentras con un viejo conocido al que no ves desde hace un tiempo. Tras el abrazo de rigor se produce irremediablemente esta conversación:

-   ¿Qué tal todo?

-   Muy bien, ¿y tú?

Se te ha muerto el perro, tu pareja te acaba de dejar, estás en el paro, te acaban de diagnosticar gonorrea y                tienes una hipoteca hasta el año 2053. Da igual, tú estás muy bien.

A veces la publicidad miente. Aquí son sutiles, hay que fijarse.

  • LA MENTIRA TELEVISIVA. ¿Telecinco?, ¿Sálvame? No, no, yo sólo veo los documentales de la2, ayer pusieron uno estupendo sobre la reproducción del ornitorrinco.
  • LA EDAD y LAS MUJERES. Las mujeres a los quince, dieciséis y diecisiete siempre tienen dieciocho años. A partir de la mayoría de edad, siempre tienen menos. No lo entiende ni Iker Jiménez. Ni tampoco la señora que le acompaña en el programa de edad indefinida.
  • EL GATILLAZO. “Es la primera vez que me pasa, te lo juro”. Aunque la frase debería continuar así: “(…) desde la última vez que intenté tener sexo”. Por otro lado, curioso nombre el de gatillazo. Desde mi punto de vista sería mucho más adecuado llamarle gatillito.
  • NO ERES TÚ, SOY YO. Aunque el hecho de que seas calvo, gordo, pobre, viejo y desdentado, ayuda; y el que haya conocido a un culturista brasileño de 18 años, también.
  • CURRICULUM. ¿Quién no ha adornado ligeramente su currículum con un inocente “nivel medio de inglés”? ¡Y lo divertido que es cuando la última fase del proceso consiste en una entrevista con un nativo! Y por nativo no penséis en un señor de Zimbabwe con un traje colorido, un hueso en la cabeza y dejando llevar su cuerpo al son de unos timbales en un baile étnico.
  •  AUTOMENTIRA. Con todas sus posibles variantes. ¿Quién no ha asegurado que dejaba el alcohol al día siguiente de haberse bebido hasta el agua de los floreros? ¿O quién no se ha matriculado el 2 de Enero en un gimnasio? Abandonándolo, de facto, el día 3 de Enero.

Hay un nivel 2.0 en la automentira del gimnasio consistente en matricularse todo un año porque la oferta es               irrenunciable.

  • TOMAMOS LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS. Esta aseveración suele ser el preludio del ciego más grande (y largo) de tu vida. Yo lo he llegado a decir a 200 km de donde realmente he tomado la última.

Mintamos. ¿Acaso no es la mentira lo que nos diferencia de otros animales? La mentira es un síntoma de inteligencia más allá del objetivo con que se lleve a cabo. A veces son inocuas, otras no tanto; pero así somos los humanos y así lo seremos siempre.

Como decía aquel enorme artista: “que me detangan, soy un mentiroso, malvado y peligroso, él no me puede controlar”.