Las calles están desiertas. El centro es patrimonio de los turistas. Madrid es una fiesta para los guiris con plata. Tiempo de familia, tiempo de alegría.
El Rajao no dimite, no se raja: hay que rajarlo para que se vaya (metafóricamente hablando, naturalmente...). El juez Ruz prosigue inpecable su trabajo. Cuando el Rajao sea citado en sede judicial para declarar por los dineros en negro que cobrara en el pasado, entonces tendrá que dimitir: no por gusto, sino por presión social y política.
Hasta ahora él ha creído que la modorra de la ciudadanía, próxima al electroencefalograma plano, le amparaba, a él y a sus secuaces, de todo peligro. Pensaba que una sociedad embrutecida podría metabolizar tranquilamente cualquier desmán, incluso que altos cargos de una organización política hayan percibido dinero en negro no declarado.
Felizmente esta sociedad comienza a despertar. Y lo que está viendo no le gusta nada...
El FMI, en lugar de irse a la mierda, se permite hacer declaraciones. Y los diarios les dan un crédito inmerecido. El FMI es Cristine Lagarde y poco más, o sea, una ex-ministra de economía de Francia incursa en procesos de corrupción cuando estuvo al frente de dicha cartera. Por cierto, entrando en tan "honorable" organismo, lo primero que hizo fue subirse el sueldo (de por sí elevado) un 10 %.
Y ahora recomiendan bajar el sueldo a los trabajadores otro 10 %, como si no hubieran sido ya devaluados en los últimos años. Hace falta tener poca vergüenza.
El maquinista del Avia salía del túnel próximo a Santiago a 190 km/h. El sistema de frenado automático ERTMS pudo haber evitado la tragedia. Pero el anterior gobierno lo vetó en beneficio del actual sistema de frenado Asfa, el cual no pudo frenar automáticamente, lo que obligaría al maquinista a tener el tren en ese punto a unos 100 km/h como mucho para reducir a 80 y poder atravesar ese trazado en curva (por cierto: ¿quién autorizó semejante trazado?) con seguridad. Puede que no debiera haber aceptado ninguna comunicación interna y concentrarse en la conducción o en el frenado, el caso es que él comprende, cuando embiste semejante curva a esa velocidad, que va a descarrilar...Así fue como 79 personas perdieron la vida, en un accidente que nunca debió ocurrir.
Como suele acontecer en toda catástrofe, la caspa no tarda el aparecer: Ahí los ves: El Rajao, el Lisiao, luego su hijo, dando pésame y chupando cámara, pero los héroes son otros: el pueblo que espontáneamente acude al lugar del siniestro a socorrer a los pasajeros: tienen que improvisar camillas para transportar heridos, serrar ventanas para poder sacarlos a todos entre los vagones...
Durán y Lleida ya ha llegado a la mieida: hace las veces de delegado del gobierno del Rajao y tranquiliza a Durao Barroso, que se ha dejado caer por aquí preocupado por las informaciones que apuntan a la debilidad del gobierno español: Todo va O.K., Durao, no problem, la marca España es tan sólida como siempre. Y lo de la corrupción son tisquimiquis: aquí todos robamos, igual que allí en Bruselas, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra...Durao queda complacido. Su país natal está condenado a pobreza a perpetuidad. El fue uno de sus verdugos. También lo está Grecia.
Y pronto lo estará España, si Dios no lo remedia...Por lo pronto Terminator Almunia quiere machacar
al sector de la construcción naval, pidiéndoles que devuelvan una serie de ayudas recibidas en el pasado. No es que Almunia sea traidor. Es que es sociata. Y los sociatas creen en un proyecto internacionalista y son favorables a putear a una parte en beneficio del todo. Sobretodo si la paga es suculenta, como es el caso.
Seis millones de parados, un presidente que miente y que pretende imponerse con su ridículo y disparatado apego al cargo, a la mayoría inteligente que quiere su dimisión. Spain deserves something better, Mr. Rajao. Espana merece algo mejor, Sr. Rajao.
Un espectáculo patético en el Senado travestido de Congreso: la escenificación de la descomposición y caída libre de la cosa, que aún tienen la poca vergüenza de llamar democracia. Algunas voces brillantes
en las minorías de la oposición, pero predomina el tono bajo. Falta pasión, ideales, entusiasmo. La caspa se muere: tiene los días contados. Y un imposible Alonso defendiendo lo indefendible: a un presidente corrupto que ha trapicheado durante años con un delincuente que está en Soto del Real. Un presidente cobarde al que han sorprendido en renuncio y tiene mal perder. El no dimite. Eso decía también Nixon, hasta que la fuerza de la razón fue más fuerte que la razón de la fuerza.