Dado que este espacio es bastante heterogéneo en cuanto a temáticas, para los que me sigáis por las reseñas literarias y no estéis muy puestos en el manga os haré una pequeña introducción. Wataru Yoshizumi seguramente os sonará si os hablo de Marmalade Boy, también llamada La familia crece en la serie de animación que emitieron (ay, esos buenos tiempos...) en La 2. Tendríais que haber vivido en otro planeta para que al menos no os suene esta serie XD. Tras más de una década dibujando series juveniles, se animó a probar el género considerado principalmente para chicas mayores, el josei, aunque cualquiera acostumbrado a sus historias no notará grandes diferencias en su estilo, gráfico o narrativo.
Debido a este ritmo de vida, su amiga Misono Kamijô (mangaka también) la intenta convencer de que vaya a una cita en grupo, con el argumento de que experimentar nuevas sensaciones le servirá como fuente de inspiración para sus mangas. Sakura no ha salido con nadie desde que rompió con su novio, hace cinco años, y desde entonces no ha estado con ningún otro hombre. Viendo eso, Misono insiste en que para poder dibujar shôjo es necesario basarse en algo de experiencia y, finalmente, Sakura se ve arrastrada a la cita en grupo entre mangakas y médicos.
Allí conoce a Iku Koreda, un cirujano plástico muy atractivo que a primera vista le llama la atención, aunque no sienta especial simpatía por su oficio. A pesar de todo, Koreda se muestra sorprendentemente amable con Sakura cuando todos van a marcharse y ella ha quedado rezagada del grupo. Estando ambos en el ascensor, Koreeda toma la cara de la desprevenida Sakura, y cuando ella está convencida de que la va a besar, éste le espeta en toda la cara en qué sitios debería operarse para estar más “decente”.
Totalmente humillada, Sakura desea vehementemente no volver a encontrarse jamás con él. Sin embargo, justo cuando sale a comer para despejarse un poco e inspirarse para su próxima obra, aparece de nuevo Koreda dispuesto a proponerle que salgan juntos.
Aunque lo normal en las series de Wataru era que de partida hubiese una situación rocambolesca o extraña, no es así en ésta donde todo se desarrolla a partir de una quedada en grupo bastante normal. Desde ese punto vemos el avance de la pareja principal junto a otros personajes secundarios que dan bastante juego. Es una serie bastante sencillita que permite conocer un poco más cómo trabaja y vive una mangaka. Pero no sería una historia de esta autora si al final no acabase embrollando la trama.Como suele pasar en las historias románticas, sean del tipo que sean, aquí volvemos a tener al protagonista masculino marcado por un triste pasado. Pasado que es donde se encuentra el lío principal de la trama. Lo siento, pero no me he creído "el equívoco". No quiero hacer spoiler, pero quien lo haya leído sabrá a qué me refiero. No tiene sentido dejar que todo el mundo piense algo de tamaña magnitud porque sí.Lo más destacable que tiene es que toca el tema de la violencia de género pero de pasada y sin profundizar. La función principal de este tema es que supone la creación de un malentendido, y para lo que es, me parece superficial. Al menos visibiliza el problema, pero ya está y personalmente me parece poco.
En definitiva, Spicy Pink es una serie mona, simpática, entretenida que toca de pasada algunos temas interesantes. También hace uso de bastantes escenas cómicas para sacar alguna sonrisa, lo que ameniza la lectura. Al ser sólo dos tomos queda demasiado abierta, pero se puede disfrutar tal cual está.