Hablar de Todd McFarlane es remitirse a su profesión como dibujante y al mismo tiempo, su lado superestrella. La combinación de ambas es lo que le hace, hasta hoy día, un tipo único en la industria.
McFarlene debutó en Marvel a finales de los 80’s para iniciar la década de los 90’s poniendo a la editorial, y a Spider-Man, en el top de ventas.
Las manías del dibujante en sus primeros años (y hasta la fecha) eran bien conocidas. El hijo prodigo del Marvel de los 90’s hizo lo que quiso durante su paso por la editorial Desde deformar la estructura ósea de del trepamuros, guionizar y escribir al mismo tiempo en Spider-Man, hasta llegar al extremo de colocar al gato Felix en cada comic que dibujó.
La leyenda cuenta que… en alguna tienda de comics, en algún momento de su vida, un sujeto le dijo que no compraría nunca algún comic de superhéroes. Ante este hecho, McFarlane actuó de la única manera en que alguien como él podría hacerlo: pregunto al sujeto, “si pongo al Gato Felix en mis comics los comprarías...”. Recibiendo un si por respuesta, lo demás es historia.
Durante su etapa dibujando a Spider-Man podemos ver infinidades de Gatos Félix por ahí. El más descarado, aquel en el primer número de Spider-Man donde se asoma la cabeza del gato entre la multitud.
Referencias como la Cat Beer o rostros de gato bien colocados se pueden ver bastantes veces.