La lucha del Bien contra el Mal es el tropo de la fantasía épica más conocido. Dos posturas opuestas claramente enfrentadas que nunca llegarán a entenderse y de cuya lucha depende el destino del mundo. La publicación en 1954 de esa obra tan conocida como El señor de los anillos de J. R. R. Tolkien marco la senda del genero fantástico durante años. Miles y miles de obra han tratado y tratan a día de hoy de replicar las señas de identidad establecidas por esta obra cumbre de la fantasía. Sin embargo, la tendencia actual es justo la contraria: eliminar estas barreras definitorias para buscar algo más. Escritores como la gran Ursula K. Le Guin con su universo de Terramar en los 70´s, George R. R. Martin y Joe Abercrombie con su mirada hacia una escala de grises más humana, o Brandon Sanderson con sus trabajados e intrincados mundos de fantasía.
Spiderlight, de Adrian Tchaikowsky, es una revisión de este tropo establecido de la fantasía para parodiarlo y homenajearlo a la vez. Un grupo de héroes liderados por la poderosa sacerdotisa de Armes está destinado a cumplir la profecía: derrotar al poderoso Señor Oscuro Darvezian. Para ello, solo deben conseguir el diente de la gran madre Araña y seguir el sendero de la araña hasta la guarida del mal. Sin embargo, no todo resulta tan sencillo cuando un inesperado miembro se suma a la cuadrilla, rompiendo el equilibrio del equipo. Superar su incorporación será mucho más complicado para cada uno de ellos que lograr pasar con éxito cada una de las pruebas que les espera hasta el Señor Oscuro.
El prolífico autor británico nos lleva por una travesía conocida, pero desde una nueva perspectiva. Las ideas y tropos preconcebidos son coloreados con humor y se van destrozando sin pudorpoco a poco. A espadazo limpio, como quien dice. Tchaikowsky explora los lugares comunes de la alta fantasía, las fórmulas usadas una y otra vez por cientos de autores, para jugar con las expectativas del lector de género. Con múltiples referencias y guiños a los mismos, pero sin dirigirse a nadie en concreto, cada arquetipo es examinado y deconstruido para tratar de sorprendernos. Un divertido juego con múltiples puntos de vista que tira por los suelos las típicas historias del Bien contra el Mal, aunque de primeras no lo parezca.
El sacerdote, el paladín, el mago, el ladrón, la guerrera y el Señor Oscuro ¡Hasta tenemos una profecía! Todos los elementos están en el tablero de juego de Tchaikowsky. La introspección en cada personaje a la que acudimos con el pasar de las páginas hace más real que nunca la frase hecha de las apariencias engañan. El estereotipo de cada personaje va cayendo cual ficha de dominó. La dualidad entre el Bien y el Mal se tiñe de color gris. Pero no es un gris penumbroso y nada halagüeño. Aquí no hay tanta sangre y vísceras, miseria o guerra por doquier. Spiderlight juega con el drama ligero, la acción y la pura parodia para divertir al lector de fantasía, más que otra cosa. Esta es la clave de la novela: Spiderlightes un homenaje al propio género. Es un ejercicio metarreferencial de un escritor que demuestra conocer a la perfección todos los entresijos de la alta fantasía y amarla por cada poro de su piel.
Con un tono ligero y de ritmo episódico, ya que originalmente la novela se publicó por entregas en una revista, Spiderlight es una aventura de pura espada y brujería con sabor roleroque se cuestiona sobre lo que significa ser humano, así como el código ético sobre el que regimos nuestras decisiones. Con bastante humor y acción, Tchaikovsky es capaz de sorprender al lector en ciertos momentos, sobre todo en sus inesperados compases finales. Es una lectura sencilla, perfecta para volver a esos lugares comunes que tanto conocemos, y disfrutar de todos y cada uno de sus guiños. Y bueno, tiene arañas, lo cual siempre se gana un hueco en mi corazoncito. Pero no puedo contar mucho sobre ellas ni de su papel en la novela… ya que es mejor entrar a la historia sin saberlo.
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