"Clive (Adrien Brody) y Elsa (Sarah Polley) son una pareja de brillantes científicos especializados en la combinación de ADN que se dedican a diseñar híbridos de especies animales para un laboratorio farmacéutico. Tras el éxito de su último experimento , deciden en secreto ir un paso más allá y usar ADN humano en la creación de un nuevo híbrido que les ayude a revolucionar la medicina moderna. Pero la especie resultante es mucho más que un nuevo escalón en el árbol evolutivo: Dren (Delphine Chanéac) es una sorprendente y extrañamente hermosa criatura de viva inteligencia y poderosas habilidades físicas que no sólo excede sus sueños más ambiciosos, sino que amenaza convertirse en su peor pesadilla".
Y ese es uno de los puntos fuertes de Splice: su capacidad de provocar en el espectador las mismas reacciones que viven los protagonistas, sujetos a la toma de decisiones y sus efectos llevados a las últimas consecuencias y arrastrados sin remisión por la fractura de la ética y la moral en base a sus elecciones. De este modo, Dren se convertirá en el reflejo andante de los puntos débiles y las flaquezas de Clive, Elsa y los propios espectadores.
En definitiva, la apuesta del director Vincenzo Natali con Splice funciona bastante bien, aunque no resulta tan transgresora como pudiera aparentar en un principio. La película plantea un tema interesante y de rabiosa actualidad en los últimos años, cuenta con unos personajes principales más que correctos en sus interpretaciones, y la criatura en torno a la cual gira toda la película, Dren, resulta realista y creible al 110% tanto en su apariencia física como en su actitud y comportamiento. ¿Cuál es entonces el matiz que impide que Splice vaya a ser considerada como una película mítica dentro de la sci-fi terror? Los convencionalismos, las situaciones ya vistas de antemano en otros films que prácticamente nos privan de la más mínima de las sorpresas.
Si Splice hubiera sorprendido y nos hubiera golpeado directamente en la conciencia colectiva con alguna que otra innovación en la historia o algún giro en el guión, estaríamos hablando de una película histórica. Aún así, y a pesar de todo, personalmente me ha parecido un film superior a lo que podemos ver hoy en dia, gracias a su apuesta por el buen gusto narrativo, un guión sobrio pero contundente y la grandísima concepción de una criatura espectacular a nivel gráfico, totalmente realista e integrada con el entorno. Éste es, sin duda, el camino a seguir para la ciencia ficción y el género fantástico.