Splinter (Toby Wilkins, 2008)

Por Especialistamike

País: EE.UU. / Reino Unido

Toby Wilkins, cuya carrera se ha desarrollado casi por completo en el campo de los efectos especiales con algún que otro largometraje de por medio, ofrece con Splinter una película de terror plagada de convencionalismos y tópicos del género. Aún así, y debido a lo paupérrimo del panorama actual en el cine de terror, tenemos que dar gracias de que arriesgue con una producción con guión original y fuera de la moda actual de realizar remakes, reboots y secuelas a troche y moche, que no hacen sino confirmar aquella máxima que todos conocemos de "más vale calidad que cantidad".

En esta ocasión, la historia nos sitúa tras la pista de una joven pareja que busca celebrar su aniversario acampando en la naturaleza. La romántica aventura se verá truncada cuando otra pareja de prófugos los secuestra. Pero una parada en una gasolinera desencadenará una pesadilla con una extraña criatura-parásito de por medio. Es entonces cuando todos deberán unir sus fuerzas si quieren sobrevivir.

Como he dicho antes, los tópicos se suceden. Para empezar, los protagonistas con una pareja de jóvenes (que no adolescentes...). Luego también tenemos el monstruo que les acecha, aunque en este caso reluce un poquito la originalidad y tenemos que a criatura es una especie de parásito que contamina los organismos mediante una especie de espinas (o astillas, de ahí su título en inglés...). Por otro lado, el hecho de quedar aislado e incomunicados en una gasolinera también es un recurso del que siempre se ha echado mano en este tipo de producciones.

Con las interpretaciones pasa algo curioso: por momentos se pasa del ridículo más absoluto a un nivel más que decente para lo que acostumbramos a ver. También hay personajes a los que nos entran ganas de matar cuando apenas si han transcurrido 10 minutos de película, y no cabe duda de que quien destaca por encima de todos ellos es Shea Whigham, interpretando a ese convicto transformado por las circunstancias. No es meritoria de Óscar, pero tampoco lo hace mal el muchacho.

Visualmente la película luce bien. Los efectos especiales no abundan demasiado pero tienen la calidad suficiente para una producción del presupuesto de Splinter. Además, hay alguna que otra escena gore más que decente. En contra del director, hay que recriminarle que en las escenas de acción con la criatura de por medio, los planos se suceden de forma atropellada y apenas si podemos distinguir qué esta ocurriendo. Salvo ese detalle y el hecho de que el ritmo sea un poco cansino al inicio del film, no se le pueden achacar errores de bulto a un director que sabe lo que quiere y eso es lo que nos ofrece, sin alardes técnicos ni elaborados planos. Que no se nos olvide que estamos ante una película de serie B bien hecha y que luce muy bien en pantalla, pero nada más.

Está claro que Splinter ni revoluciona el género ni aporta nada nuevo, pero si que termina siendo un producto seguro y más que decente gracias a su director, que construye una historia sobria a la par que efectista apoyada en una correcta labor tras las cámaras y en la cesión de todo el protagonismo a la terrible y mortífera criatura que, sin ser del todo original y novedosa, si que es una apuesta pocas veces vista dentro del maltratadísimo cine de terror con monstruo incluido.