Atención: este post puede contener spoilers. Lo que no está tan claro es que contenga criterio.
Bambi: en las primeras escenas de la película un grupo de cazadores mata a la madre del protagonista, que pasa a estar solo y desvalido en la vida.
Buscando a Nemo: en las primeras escenas de la película mamá pez payaso y unos varios cientos de sus hijos fallecen. Solo queda el padre y su hijo lisiado, que acto seguido son separados contra su voluntad, pasando a estar solos y desvalidos en la vida.
El rey león: luchas de poder conducen a un fratricidio. El protagonista de la película pasa a estar solo y desvalido en la vida.
Up: la película comienza con una historia de amor resumida bellamente en unos pocos minutos. Los suficientes para que te destroce la muerte de la protagonista. Su viudo pasa a estar solo en la vida y hasta los cojones de la misma.
Soul: conocemos a Joe, un profesor de música y pianista de jazz frustrado el día que por fin consigue un bolo importante. Al salir de cerrar el acuerdo, muere. Su alma queda sola y desvalida en el limbo.
Onward y la angustia de poder volver a pasar un día, solo un día, con tu padre muerto. Brave y la angustia de convertir a tu madre en oso y tener un tiempo límite antes de poder retornarla a su ser original. WALL-E y la soledad absoluta. La bella y la bestia y el síndrome de Estocolmo en modo experto. La sirenita y la romantización del amor tóxico.
¿Soy yo o Disney solo sabe plantear sus movidas desde el sufrimiento? Parece concebir el aprendizaje en valores únicamente desde las situaciones más angustiosas, desde el límite, la agonía. Solo hay virtud en la tragedia. Desde la tragedia. Por y para la tragedia. Y sin embargo, consiguen hacer calar solo el mensaje positivo: el coraje, el sentido de la vida, el amor, la familia. Claro, después de hora y media o dos sufriendo cualquier alivio te parece bueno. Millones de líneas escritas cada año, con cada estreno, desgranando el mensaje enriquecedor del nuevo alarde técnico de los estudios. Nada y menos sobre su maestría con el sadismo.
Pero no me hagan caso, que yo no soy más que el Capitán Angustias.