Sponge Chief de Kanebo

Por Agly Talaván @traselvelodisis


Si analizamos la historia de la humanidad desde el punto de vista tecnológico es innegable que hemos recorrido un largo camino desde aquellos primeros rascadores de sílex. Por desgracia, tenemos que reconocer que en nuestra doble naturaleza intelectual y animal la segunda ha ganado por goleada en cuanto a  la invención concierne ya que, durante varias decenas de milenios, toda nuestra capacidad de inventiva ha estado enfocada a una básica premisa: sobrevivir.
Así, podría decirse que nuestros principales artículos de producción han sido herramientas, armas y objetos/adornos con fines religiosos (no vaya a ser que Zeus* se nos ofenda y decida arrasar nuestras cosechas, destruir nuestras aldeas y hacer enfermar a nuestros primogénitos)
Por suerte, gracias a la inestimable labor de nuestros ancestros, hemos sido capaces de cubrir la necesidad de objetos que garantizaran tanto nuestro bienestar físico como nuestra posibilidad para crear descendencia y transmitir nuestra información genética. Una vez cubiertas estas bases, hemos tenido o, mejor dicho, gente mucho más inspirada que yo ha tenido tiempo y capacidad suficiente para inventar objetos menos "vitales" como el paraguas, la bañera de hidromasaje o el rascador de lenguas.
En fin, con mayor o menor éxito, hoy en día encontramos en nuestros mercados miríadas de productos que prometen hacer nuestra vida más fácil y que, a consumidoras natas como la abajo firmante, nos crean necesidades antes desconocidas. Por supuesto, algunos de estos "pequeños grandes inventos" no sirven más que para reducir los bits de nuestra cuenta bancaria mientras que otros nos hacen preguntarnos cómo habíamos podido vivir sin ellos hasta entonces.
En mi pos de hoy, como imaginaréis, voy a hablar de uno de esos productos sin los que la vida me sería un poco más cuesta arriba, sobre todo cuando hablamos de desmaquillarse en esas horas oscuras de la noche que suceden al típico día infernal: la Sponge Chief de Kanebo.
De fama mundial, este curioso accesorio de belleza combina dos conceptos básicos para la limpieza facial: la esponja y la toalla. Así, como podéis ver en las fotos se trata de un rectángulo pequeño de un material esponjoso que sirve para retirar los productos de limpieza a la vez que aclara y seca la piel del rostro. Parece una tontería, ¿verdad? Pues os aseguro que no lo es.
De hecho, yo la compré un tanto presa del escepticismo pero en estos casi seis meses que llevo usándola se ha convertido en imprescindible para mi. El hecho es que, aunque parezca mentira, esta toalla/esponja (o tonja) agiliza el proceso del desmaquillado ya que ayuda a eliminar mucho más rápidamente los productos desmaquillantes tipo leche, aceite, pomada o gel. Obviamente si sois de las que sólo usáis agua micelar este producto no tiene demasiada utilidad para vosotras pero, para aquellas que como yo gusten de la doble limpieza os facilitará mucho el trabajo.
Además, el tacto de la esponja resulta menos agresivo que aclararnos con agua y luego frotar con la toalla normal que es lo que hacía yo antes. De hecho, tras usar la Sponge Chief dejo que mi piel se termine de secar al aire o con un poquito de tónico aplicado sobre un algodoncito.
Por lo demás, el uso del producto no tiene ningún misterio. Al adquirirlo veréis que viene en una bolsa de plástico con cierre hermético muy cómoda para transportarlo y que, al sacarlo de ésta, la esponja está blanda. Sin embargo, tras usarla y dejarla secar el material se quedará rígido por completo y para su siguiente empleo deberéis volver a humedecerla. Eso sí, una cosa que he notado es que su textura cambia en función de si se humedece con agua fría o caliente. Mientras que con el agua caliente o templada la esponja recupera su suavidad original,  con agua fría su superficie queda algo rugosa y  no en muy buenas condiciones para su uso. Por ello, os recomiendo siempre que la empleéis con agua templada al menos.
Respecto su precio hay que decir que supera los diez euros, encontrándose mucha diferencia entre unos y otros establecimientos. Por ejemplo, yo la adquirí por 10'45 euros en Primor online pero la he llegado a ver hasta por 19 euros en la red. No es que sea una cantidad muy elevada pero sí que puede ser un precio desmedido para algo tan simple como una esponja así que cada una verá si le compensa o no hacerse con una.
Yo, por mi parte, os puedo decir que sí la considero una muy buena inversión y que, cuando ésta empiece a dar signos de deterioro no pienso dudar un segundo en reponerla. de todas formas, si estáis interesadas sabed que también hay una especie de clon (creo que es de Kanebo pero de la línea que vende en Asia) y que se encuentra a la venta en ebay por unos 8 euros. Personalmente no he probado esta última pero no descarto hacerme con ella para poder realizar una comparativa.  
Si os animáis a probarla ya me contaréis qué tal. La verdad es que yo, de momento, no he oído a nadie quejarse de ella y esto por algo será.
Un besito y hasta la próxima.
* "Zeus, el padre de Apolo, el del Monte olimpo, el de ¡ NO ME TOQUES LOS COJONES O TE METO UN RAYO POR EL CULO! ¡¡¡Zeus!!! " Samuel L. Jackson. Jungla de Cristal III: La Venganza