Al empezar la cena de Navidad, los alemanes se animaron a decorar con arbolitos sus trincheras y a continuación cantaron villancicos, sobre todo "Stille Nacht" (Noche de paz). Las tropas británicas respondieron entonces con "Adeste fideles" y otros villancicos en inglés. Sonaron entonces los primeros "¡Viva!".
Poco después, ambos ejércitos intercambiaron gritos de alegría, muestras de amistad y deseos de una feliz Navidad para todos. Al poco, hubo encuentros de unos y otros en la tierra de nadie, y allí se intercambiaron pequeños regalos: whisky, cigarrillos, etc.
Al día siguiente decidieron continuar la tregua, y esto permitió que los caídos fueran recuperados y enterrados cristianamente. Se celebraron ceremonias fúnebres con soldados de ambos bandos, llorando las pérdidas de uno y otro lado, y ofreciéndose mutuamente el pésame. Al parecer, celebraron incluso un partido de fútbol entre ambas “selecciones”, que fue abruptamente interrumpido por la llegada de algunos aviones y el reinicio de la contienda.
Sin embargo, ese ejemplo se contagió a otras zonas cercanas. En algunos puntos la tregua se amplió hasta el año nuevo, e incluso hasta el mes de febrero. Los comandantes británicos John French y Sir Horace Smith-Dorrien, encargados de destituir a "los culpables", juraron que una tregua así nunca volvería a permitirse. Paradójicamente, los dos habían dejado el mando antes de la Navidad de 1915, mientras que los protagonistas de aquel conmovedor encuentro recordarían aquella noche toda su vida.
Hace unos años, el director Christian Carion llevó a la pantalla esa tregua, basándose en el relato de uno de los testigos, titulado "La increíble Navidad de 1914". La película se llamó "Feliz Navidad" (2005). Ahora, coincidiendo con el centenario, la cadena británica de supermercados Sainsbury’s ha hecho este anuncio que es un brillante y emotivo recuerdo de aquella epopeya.
Sin duda, un spot de Navidad maravilloso e inspirador, que merece ser difundido. ¿No os parece?