La totalidad de la trama sigue al detalle el ejemplar trabajo de investigación que llevó a cabo este equipo de periodistas, haciendo partícipe al espectador en el proceso. El tono de la película es muy sobrio y totalmente alejado de aspavientos, limitándose casi siempre a exponer los hechos con frialdad. Eso no impide que algunos momentos resulten muy intensos debido a la gravedad de los hechos que se van descubriendo. Podría parecer que estamos ante una producción lenta y pesada, pero la verdad es que Tom McCarthy se las arregla para construir una película dinámica con un montaje modélico y que en ningún momento se hace aburrida pese a su largo metraje (128 minutos).
El peso de la función está perfectamente repartido entre todos los actores, sin que haya ninguno que destaque sobre los demás gracias a una fantástica interpretación coral. Curiosamente, el único que me desentona un poco es Mark Ruffalo, que compone un personaje algo pasado de vueltas y en un estado de constante nerviosismo. Sin embargo, Ruffalo ha sido nominado al Oscar por este papel. También ha obtenido una justa nominación Rachel McAdams, aunque su interpretación no queda por encima de la de Michael Keaton, John Slattery, Liev Schreiber o Stanley Tucci. Todos están perfectos y suponen un gran extra para la película.
Aunque no me parece la película del año ya que resulta bastante convencional cinematográficamente hablando, su visionado resulta sin duda totalmente necesario para recordarnos dos cosas: que los abusos sexuales dentro de la iglesia existen, y que el periodismo es algo mucho más serio de lo que parece en estos tiempos. Y ahí es donde reside su relevancia y donde "Spotlight" se muestra triunfadora.
Mi nota: 7,5