Spread: La metáfora de las sopas

Toda sopa tiene indicaciones de cómo comerla y él aplica todo satisfactoriamente hasta que se encuentra con esa sopa rara y difícil de leer: sus indicaciones están en chino mandarín.

Soy un chico de metáforas y teorías. No me acuerdo cuando me volví así, pero si me acuerdo la razón: hay cosas que no puedo decir directamente. No puedo. O sea, si puedo, pero siento que buscar eufemismos refuerzan más el significado que les doy aunque estos sean estúpidos. Una de esas tantas idioteces que he creado es la "metáfora de las sopas". Se los he comentado a algunas personas y la verdad, lo primero que hacen es reírse y no los culpo. Soy un ex adicto a los sopas instantáneas. He probado muchos sabores y con el tiempo, a veces, me conformo con solo probar algunas cuantas. La elección es fácil: veo características y  me apoyo en mi subjetividad y al final, elijo a una. Mañana puedo cambiar de elección, la otra semana también y así sucesivamente. La cuestión con esta metáfora es que en un momento las sopas adquieren el sabor de una persona. O sea, cada sopa es una persona y tú tienes que elegir a una cada vez que tengas hambre o quieras compartir un momento o porque te da la gana nada más. Hay muchos sabores y ya que no tienes dos bocas debes elegir una tras otra o conformarte con una.
Y así y así hasta que tengas una "favorita" o pienses haberla encontrado. Todos somos humanos, al final. siempre preferiremos una más que otra si quiera por un momento. Claro, de ahí viene todo el drama. Te aburres de esa sopa, te llega a dar asco de tanto comerla, olvidas lo que te gustaba de ella y al final, terminas eligiendo otro sabor. El punto es que, como las sopas son personas, entender se hace complicado. Algunas "sopas" no entienden que el momento es efímero, no entienden que todas tienen una fecha de caducidad y que tal vez un día solo la usaron como plato de degustación. Es fuerte eso, pero es real y el realismo es muy importante en estos días de electronalidad. 

"Spread" es una película que apoya la metáfora de las sopas. Un chico explora el mundo de Los Angeles y comienza a probar y a comer sopas para su conveniencia. Él sabe cómo hacer todo. Sabe lo que le gusta a esa sopa, sabe lo que hará esa sopa, sabe cuanta agua caliente necesita esa sopa y sabe cómo comerla bien. Eso suena tan sexual, pero es verdad. Toda sopa tiene indicaciones de cómo comerla y él aplica todo satisfactoriamente hasta que se encuentra con esa sopa rara y difícil de leer: sus indicaciones están en chino mandarín. En ese momento viene la alteración. ¿Cómo mierda me como a esa sopa? ¿Qué pasará luego que me la coma? ¿Será mi sopa "favorita"?
La película te atrapa ahí. En la incertidumbre de qué hacer cuando encuentras a alguien que desequilibra tu inestable estabilidad. Obvio, también se apoya en el karma del cambio de roles: ahora tú eres la sopa de un degustador. Es raro todo pero la película te muestra como el humano, al final, trata de encontrar una estabilidad, trata de forzarse a pensar y trata de ser feliz en el caos. Lamentablemente, y como ya lo dije, todo es efímero y arriesgarse para algo efímero puede ser demasiado perjudicial aunque, si se disfruta, terminará siendo placentero, corto pero glorioso.

Sin duda, una película muy interesante por el mensaje y por el cambio de ritmos en la historia. Ashton Kutcher actuó correcto y la verdad, la película aclaró y reforzó algunas de mis perspectivas que tenía acerca del comportamiento del humano, sobre su inestable estabilidad, su egoísmo, su libertad y su soledad.

Frase del film: - Cuando una chica te dice que no estás consiguiendo nada con ella, antes que preguntes, estás consiguiendo algo.