Aunque sea la frase que mejor ha definido este proyecto desde sus inicios, no hay mejor resumen para ello.
El nuevo film del polémico director Harmony Korine, nos narra la historia tres universitarias hartas de todo, cuyo único objetivo es asistir a la fiesta de la primavera (Spring Break) y pasar allí toda una semana en un mundo protagonizado por el sexo, el alcohol, las drogas y más sexo, ya que desde el minuto 1 de metraje el desfile de bikinis (o la ausencia de ellos) no para en ningún momento. Juntas, harán todo lo posible para reunir el dinero suficiente para tal viaje, y aquí es dónde vemos que la etapa de Vanessa Hudgens de High School Musical ha quedado muy atrás, ajustándose más bien a su papel de amante de las armas en Sucker Punch, ya que para sus fines Candy decide atracar un restaurante a mano armada junto a sus dos amigas Britt (Ashley Benson) y Cotty (Rachel Korine). Tras ello, convencen a su religiosa amiga Faith (Selena Gómez, quien también ha dejado atrás sus años en Waverley Place) para que les acompañe en este viaje. En mitad de una de las fiestas son detenidas en una redada policial por posesión de narcóticos, y es ahí dónde entra Alien (James Franco), un exitoso rapero multimillonario que encandilado por las 4 jovencitas, y viendo que no son precisamente unas santas, decide pagarles la fianza y mostrarle quien es él en realidad, uno de los camellos más exitosos de las costas de Florida con un arsenal de armas incontable, que tiene como objetivo eliminar a su máximo rival del mercado.
Habiendo pasado por multitud de festivales como el de Venecia, la crítica la ha acogido bastante bien, y aunque es cierto que la historia podría funcionar y muestra una parte real de la sociedad juvenil, no está bien llevado a cabo, convirtiéndose en un intento de mezclar la parte mas cruda de las fiestas de la primavera con las apasionantes tramas de películas como Amor a quemarropa o Scarface, dando como resultado una cinta sin jugo, que no engancha en ningún momento, y que se hace bastante insoportable. Quizás el problema de la cinta es que uno pueda esperar demasiado de ella. O directamente esperar algo más de lo que acaba siendo: un desfile de sexo, drogas y chicas en biquini, cuando la película podría haber ido mucho más allá y convertirse en un verdadero retrato de una juventud pasada de vueltas, perdida y carente de futuro.
Eso si, hay que hacer una mención especial a James Franco, y es que sin entrar en el debate de su calidad como actor, es de admirar su mentalidad de no decirle que no a nada, desde superproducciones como Spiderman, a películas mas independientes como 127 Horas, pasando por este tipo de películas, interpretando a un personaje cuyo carisma, es el que realmente podría salvar a esta película de la quema.
Spring Break, bitches!