Jordi Pujol Ferrusola se inventó la licencia catalana de automovilismo, que no existe, para figurar como nacionalidad catalana en una carrera automovilística celebrada en el circuito del Jarama. Ante la reclamación de un participante español, accedió a figurar como piloto de nacionalidad española por el riesgo de ser excluido de la prueba por haber hecho constar en la inscripción una nacionalidad inexistente para la Federación Internacional de Automovilismo.
A comienzo de este siglo, el hijo mayor de Jordi Pujol se aficionó a las competiciones de automóviles clásicos, para lo cual adquirió uno de los coches más apreciados y valiosos de este especialidad. Un precioso Porsche 906, más conocido como Carrera 6, que es una de las piezas míticas de la casa de Stuttgart. Con este vehículo se inscribió en las 12 Horas del Jarama, una carrera entre las más prestigiosas de Europa que organizaba la sociedad francesa V de V, propiedad de Erick Van der Vier. Y en la ficha de inscripción puso, en el apartado de la nacionalidad de la licencia por la que participaba, las letras CAT, de Cataluña, en lugar de las de ESP, de España, que era en realidad la nacionalidad de la licencia con la participaba, ya que la federación catalana no tiene autoridad para emitir licencias de Cataluña, sino de España, al pertenecer a esta nacionalidad. Y es que la FIA, Federación Internacional de Automovilismo, sólo reconoce la nacionalidad española en el territorio nacional.
Pero el organizador francés no debía conocer estos entresijos políticos españoles y, llevado por la buena fe y por el hecho de que, al inscribirse, el participante declara por su honor que los datos que pone en su ficha son ciertos, admitió como buena la licencia catalana. La estrategia de Pujol de figurar como de nacionalidad catalana parecía que daba sus frutos hasta que apareció la primera clasificación parcial de la carrera. Al ser de doce horas de duración, la organización emite cada hora una clasificación parcial. Y en la correspondiente a la primera hora, figuraba PUJOL Jordi, (CAT) en una de las diez primeras posiciones.
Este detalle no pasó desapercibido para algunos participantes españoles, uno de los cuales se dirigió a la organización y expresó su deseo de poner una reclamación contra el piloto Jordi Pujol por estar participando con una licencia no existente. El castigo por un error de este tipo, según el reglamento internacional de la FIA, es la exclusión de la competición. Y el piloto reclamante estaba dispuesto a depositar los 1.000 euros de fianza preceptivos para realizar la reclamación, que se le devolverían en caso de ser ésta aceptada.
La dirección del circuito propuso al piloto reclamante un acuerdo amistoso consistente en retirar la reclamación a cambio de que, desde entonces, tras el nombre de Jordi Pujol apareciera la nacionalidad española. La propuesta fue aceptada por el reclamante, pero ésta fue la última vez que Jordi Pujol Ferrusola participó en una carrera en el circuito madrileño del Jarama.
Sin comentarios. Tomado de prensa nacional.