No sé si os gusta la música clásica. Desde siempre he optado en mis gustos musicales por todo tipo de sonidos y ritmos, sin hacer distinción de su procedencia o color, aunque debo confesar que los ritmos de Oriente Medio provocan en mí, una irremediable invitación al meneo, aunque lo mismo me ocurre con el son cubano, una bachata, un blues o una muñeira. Sencillamente me dejo llevar por el ritmo, porque de eso se trata, del fluir armónico de las notas ya que así se construye la música, sin armonía será otra "cosa", pero no música como tal.
Descubrí no hace mucho a un contratenor francés llamado Philippe Jarouskky, poseedor de una voz que, sinceramente me transporta al cielo desde la primera nota entonada, con matices vocales que combinan tanto a hombre como mujer simultánemente, heredera de otra voz poco común: la de los famosos "castrati". Y a Jarouskky estoy escuchando mientras escribo la entrada de la receta de hoy, un plato del que vais a notar al primer bocado ese toque italiano que tanto nos suele gustar ya que incorpora una mezcla de especias que se denominan "condimento italiano". Este condimento es utilizado en cocina para dar un toque especial a cualquier receta, se usa con frecuencia para dar aroma y sabor a sopas, cremas y carnes. Es un compendio de hierbas aromáticas propios de la cocina mediterránea, y emparentado como bien estaréis pensando con las hierbas provenzales, aunque con diferencias en cuanto al resultado final, ya que tanto aroma como el sabor final que aportan al plato cocinado, dependerá de las hierbas recolectadas propias de cada región. Siempre tengo en casa botes con hierbas aromáticas tales como tomillo, romero o albahaca que recolecto de parques o compro y seco en casa, y de esta manera improviso a veces, mi propia mezcla de especias.
La otra gran protagonista de la receta de hoy es la salsa marinara, una salsa de tomate que en su versión más sencilla se elabora solo con albahaca y ajo, aunque he decidido realzar aún más el sabor y ponerle más aditivos. Eso sí, elaborarla en sartén en lugar de cazo para conseguir que el agua desprendida por los tomates se evapore rápidamente y consigamos una salsa gruesa y muy aromática.Creo que vais a disfrutar de este plato que resuma "italianidad" se mire por donde se mire y que desde el primer bocado me ha enamorado tanto como la voz celestial de mi último descubrimiento musical.
5 cucharadas de tomates triturados 1 cucharadita de orégano seco½ cucharadita de condimento italiano½ cucharadita de sal¼ cucharadita de pimienta negra3 dientes de ajo prensados1 cucharada de aceite de oliva
En una cazo pequeño, agregar todos los ingredientes y mezclar bien. Llevar a fuego bajo y dejar cocinar durante 10 minutos sin tapar y removiendo de vez en cuando.
Para el rebozado seguir este orden: primero pasar las rodajas de berenjena por la harina, en segundo lugar por el huevo batido y por último, por la mezcla de pan rallado y parmesano, presionando para que queden bien impregnadas por ambas caras. Según se vayan rebozando, pasarlas de nuevo a la placa donde las hemos tenido anteriormente reposando.
Precalentar el horno a 180ºC.
Cortar cada bola de mozzarella en láminas de 1 cm de grosor.
Montaje del platoEl montaje de los stacks lo haremos en la placa del horno revestida con papel de hornear.Sobre una rodaja de berenjena rebozada, añadir 1 cucharada de salsa marinara y encima colocar una lámina de mozzarella, tapar con otra rodaja de berenjena. Repetir este montaje dos veces más, terminando de manera que la mozzarella quede en la parte superior.
(2) ►Condimento italianoEl condimento italiano que he mezclado está compuesto por:2 cucharadas de albahaca2 cucharadas de mejorana2 cucharadas de orégano2 cucharadas de romero2 cucharadas de tomillo
Mezcla todos los ingredientes en un mortero. Una vez utilizada la cantidad necesaria se almacena el sobrante en un recipiente hermético y se guarda en un lugar fresco y seco, de esta manera podemos usarlo en cualquier otra ocasión en perfectas condiciones.