Después de un pequeño parón debido a la cuesta de Enero (si, hasta para escribir entradas en el blog la cuesta de Enero afecta) volvemos a la carga. Una de las cosas buenas que tienen las redes sociales es que puedes conocer personas con tus mismos gustos y aficiones, y eso sin duda es tremendamente enriquecedor.
A raiz de esto que os cuento, he tenido la gran suerte de conocer a Javi, twittero (lo podéis seguir en la cuenta @morroamarillo), estudiante de Historia y un gran aficionado a la Segunda Guerra Mundial. Fruto de este encuentro, ha surgido la idea de colaborar en este blog, no sólo con reseñas sobre libros si no con aportaciones relacionadas con episodios de la historia. Y como estamos celebrando el aniversario del fin de la batalla de Stalingrado, pues que mejor que empezar esta nueva andadura con una entrada sobre dicha batalla.
Sin enrollarme más, aquí os la dejo.
Aprovechando el aniversario del final de la batalla inicio mi andadura en esta web como colaborador de Librosbelicos.es
La “aventura” alemana en el este comenzó, como todos sabéis, con la Op. Barbarroja. Esto es la invasión alemana de la Unión Soviética que implicó la ruptura del pacto Ribbentrop-Mólotov (un pacto de no agresión mediante el cual, a grosso modo, Alemania y la URSS se repartían Europa del este). Los avances alemanes, con mayor o menor acierto, se dividieron en tres frentes:
El Grupo de Ejércitos Centro al mando de von Bock tenía por objetivo la captura de Moscú, eje neurálgico soviético (no solo político e institucional, ya que por ahí pasaban las únicas rutas de comunicaciones que unían Leningrado con el resto de la Unión Soviética). La lucha por la toma de la capital soviética, entre octubre y enero de este año, se vio truncada por la tenaz resistencia soviética y el intenso frío (se alcanzaron temperaturas de - 50º). Lo más cerca que los alemanes llegaron a estar de la ciudad fueron unos 20 km, aproximadamente.
El Grupo de Ejércitos Sur al mando de von Rundstedt tenía por objetivo la ocupación del bajo Don, en Ucrania. Para esto era necesario tomar Kiev y aniquilar a las fuerzas soviéticas al oeste del río Dniéper con el fin de cubrir el flanco sur del Grupo de Ejércitos Centro en su avance hacia Moscú. Las maniobras alemanas y la total y absoluta incompetencia de Stalin, que negó retirarse de la ciudad, provocaron que los alemanes tomaran Kiev el 19 de septiembre con la captura de más de medio millón de soviéticos y casi mil carros de combate. A esto hay que sumarle las casi 300.000 bajas provocadas por los combates antes de la toma de la ciudad.
Pasando a hablar de las bajas soviéticas en el cómputo general de la Op. Barbarroja, y teniendo siempre en cuenta que estos datos son aproximados, estaríamos refiriéndonos a un total de cuatro millones y medio de bajas, donde algo más de tres millones corresponden a muertos y casi un millón y medio a heridos. Por el lado alemán nos topamos con ciento ochenta mil muertos y algo más de medio millón de heridos. La diferencia entre ambos ejércitos es muy palpable.Como vemos, los avances alemanes en los primeros días de Barbarroja fueron imparables. A esto hay que sumarle el aura de invencibilidad que rodeaba a la Wehrmacht, ya que venía triunfante de Polonia, Francia, los Balcanes, etc. Tenemos que dejar claro que los combates que se dieron en estos duros meses no correspondían a combates urbanos (salvo contadas excepciones), sino a grandes movimientos de tropas por las estepas con el fin de embolsar a los ejércitos soviéticos. Maniobras en las cuales los alemanes eran pioneros gracias a teóricos del arma acorazada como Guderian. Destacar también el importante apoyo de la aviación, totalmente subordinada a las fuerzas de tierra. En ningún caso nos topamos con batallas urbanas tales como las que se dieron a finales de la guerra (Budapest y Berlín son dos buenos ejemplos, aunque ninguna alcanzaría las dimensiones de Stalingrado), por lo que los alemanes no pudieron suponer lo que estaba a punto de pasar en Stalingrado, una ciudad industrial a orillas del Volga.La Op. Barbarroja termina oficialmente el 5 de diciembre y, pese a las perdidas soviéticas (tanto humanas y materiales como territoriales) es una victoria estratégica para ellos ya que lograron mantener el control de Moscú y Leningrado, dos de los principales objetivos alemanes.Recapitulando, nos centraremos única y exclusivamente en el frente sur de la Wehrmacht a fin de hacer una breve reseña de lo que fue la batalla de Stalingrado. Nos situamos a comienzos del año 42, el que sería, en mi opinión, el punto de inflexión en la guerra. El objetivo del Grupo de Ejércitos Sur era doble: por una parte hacerse con los territorios ucranianos, el granero de Europa (en la mente del Estado Mayor alemán estaba todavía muy fresco el recuerdo del bloqueo naval al que fue sometida Alemania por Inglaterra en la 1ªGM), y por otra parte estaba la idea de conseguir hacerse con los ricos campos petrolíferos del Cáucaso.
Las ofensivas en el sur se relanzan en el verano del 42 aprovechando las buenas condiciones climáticas. El escenario aquí dista mucho de lo que los alemanes se encontrarían seis meses después: calor, avances imparables por las grandes llanuras ucranianas, abundantes víveres, etc. Nos situamos, pues, en el marco de la Operación Azul, una operación bastante optimista que no tuvo en cuenta la extensión de sus pretensiones unida a las pocas tropas con las que Alemania contaba (ya sabéis aquello de que quien mucho abraza poco aprieta). Esta operación implicó la bifurcación del Grupo de Ejércitos Sur en dos unidades: el Grupo de Ejércitos A tenía por objetivo capturar los campos petrolíferos del Cáucaso (entre sus unidades podemos destacar el 1º Ejército Panzer y el 11º Ejército). El grupo de Ejércitos B tenía por objetivo la captura de la ciudad de Stalingrado con el fin de cubrir el flanco izquierdo del Grupo de Ejércitos A en su camino al sur (entre sus unidades destacadas podemos observar el 6º Ejército, verdadera víctima de Stalingrado, el 4º Ejército Panzer, y los ejércitos aliados de italianos, rumanos y húngaros, que cubrirían los flancos mientras los principales se adentrarían en la ciudad para tomarla).