Menospreciado durante toda su carrera por la crítica, Stallone es una figura de culto para los que añoran el espíritu de las películas de acción de los años 70 y 80, que crecieron con Rambo y Rocky. En la última década hizo nueve cintas, de las cuales sólo trascendieron comercialmente la cuarta entrega de la saga de Rambo y la sexta de la de Rocky.
Pese a que ambos filmes generaron una taquilla mundial de casi 270 millones de dólares, le vaticinaron un futuro negro en la industria, argumentando que ya no era capaz de ofrecer nada nuevo. Con una actitud similar a la de Rocky, guardó silencio, se entrenó algunos meses y regresó con un festín de adrenalina pura, gracias a su facilidad para encarnarse en un héroe carismático.
Tras despertar expectativa entre los nostálgicos del género de los 80 con una gran cantidad de muertos y explosiones fuertes, Stallone registró el mejor estreno de su carrera, logrando una recaudación de casi 35 millones de dólares en Estados Unidos y Canadá durante los tres primeros días de su exhibición, marcando un impulso no sólo para él, sino también para la productora Lionsgate.
Su nueva aventura ha resultado ser un entretenimiento de pura adrenalina. Han tenido que pasar muchos años para que regrese del lugar donde se encontraba escondido del mundo para mostrarnos que, pese al paso del tiempo, sigue siendo el mismo de siempre, sigue teniendo aquel carisma, valor e ideales que le hicieron permanecer en nuestra memoria con otro gran espectáculo fílmico, un blockbuster como los de antes. Silvester Stallone ha demostrado ser "Indestructible".