MORE YANG THAN YING (22 DE ENERO DE 2016) -AVISO SPOILERS-Stan Lee es Dios. El tío ha creado a los Cuatro Fantásticos, Hulk, Iron Man, Thor y los X-Men. Si hubiera conseguido retener los derechos de autor de la mitad de esos, sería el hombre más rico del mundo. Pero cuando al bueno de Stan se le ocurrieron todos esos personajes, trabajaba a sueldo para una editorial de cómics. Por eso, antes de una película de Los Vengadores aparece la palabra Marvel y no su nombre, como en esta serie. Ahora bien, el aficionado a los cómics sabe que la creatividad de Stan siempre ha estado en entredicho porque lógicamente inventó a los personajes antes citados con la ayuda de un dibujante, de un torrente llamado Jack Kirby. Y es verdad. Aquellos tebeos era buenos por Jack. Pero los personajes son duraderos porque Stan tenía una gran habilidad para crear arquetipos. Su mayor logro, Spiderman, es un personaje imperecedero a la altura de Superman, Tarzan o James Bond. Y por cierto, lo creó con otro dibujante, Steve Ditko.
Lucky Man se vende como la última creación de Stan Lee. El hombre tiene 93 años, por lo que podemos suponer que es autor solamente de la idea original. Una tan simple como todas las de Stan: un personaje con mucha suerte. No es un "superpoder" demasiado original. Pero el concepto es sencillo y recuerda a una fábula moral, algo muy propio del creador de tantos superhéroes: Harry (James Nesbitt) es un perdedor, un detective ludópata que ha fracasado en todo, y que por accidente recibe una misteriosa pulsera que le proporciona una suerte inaudita. Solo que hay una pega, una contrapartida a la buena fortuna, que en este primer episodio el protagonista apenas comienza a descubrir. Estamos ante la sencillez de un tebeo de los años 40. Pero seguramente todo lo demás sea obra del cocreador de esta serie, Neil Biswas.
Lucky Man es una producción inglesa típica, seria, bien interpretada y algo pausada. Resulta raro que algo británico lleve el nombre del hombre que resucitó al Capitán América. El exótico escenario de esta primera historia, el Chinatown londinense, en cambio, sí parece muy propio de Stan, que gustaba en sus primeros trabajos de enfrentar a sus héroes contra remedos de Fu Manchú como el Mandarín. Este primer capítulo, la verdad, ofrece apenas la típica historia policíaca en la que Harry debe resolver un crimen en el que está más implicado de lo que debería. Eso sí, una vez superada la típica historia superheróica del origen de los poderes, el argumento coge ritmo. Hay una misteriosa -y guapísima- mujer (Sienna Guillory) que hace un poco de hada madrina y Harry tiene una ayudante, Suri (Amara Karan), que comienza a hacerse simpática justo hacia el final de la historia. El final es un cliffhanger en toda regla que recuerda a los viejos seriales cinematográficos. Y eso es bueno. Y por supuesto, no podía faltar el reglamentario cameo de Stan Lee. Un genio.