Por fin ha llegado el momento que millones de fans esperaban en todo el mundo, después de meses de rumores, trailers, merchandising para todos los gustos y muchísimo hype acumulado, la nueva entrega de la saga galáctica con más fandom del mundo cinematográfico, y del ocio en general, ya está en las pantallas de todo el mundo. Pasemos pues, a comprobar si la cinta ha cumplido o no con las expectativas puestas en ella.
Treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (hechos narrados en el Episodio VI: El retorno del Jedi), la galaxia está todavía en guerra. Una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico. Paralelamente la Resistencia se encuentra buscando desesperadamente al Jedi más poderoso con vida, Luke Skywalker, el cual se encuentra desaparecido.
Sobre estas bases J. J. Abrams (Star Trek en la Oscuridad), toma el relevo en la dirección de George Lucas, de la franquicia Star Wars, para ello, el guión camina sobre seguro, y con el constante apoyo de recursos nostálgicos que contenten a los fans de la vieja escuela, Abrams crea un casi remake de la primera entrega filmada de la saga, Una Nueva Esperanza, que actualice a los nuevos seguidores a los que se busca enganchar.
Podemos encontrar casi todos los elementos que encontramos en aquella añeja historia, Luke Skywalker (Mark Hamill) aquí es sustituido por Rey (Daisy Ridley) una joven chatarrera abandonada en el planeta Jakku (el cual guarda bastantes similitudes con Tatooine), Han Solo (Harrison Ford) encuentra su réplica, salvando las distancias, en Finn (John Boyega), el malo Kylo Ren (Adam Driver) quiere parecerse a su precursor Darth Vader, la Estrella de la Muerte es ahora un planeta entero, hasta aparece una nueva cantina (más Chill out en esta ocasión), pero todo aparece maquillado de tal forma, que no se le puede llamar ni repetición ni copia, si no homenaje, no obstante tenemos a la práctica totalidad del casting original, para dar el lógico paso generacional a los nuevos personajes, que todo hay que admitirlo, cuentan con un logrado carisma.
La banda sonora, como era de esperar, es el otro gran acierto, como no podía concebirse de otra forma, John Willians, vuelve a hacerse cargo de los ya clásicos temas, ahora reinventados, quizá sea la menos inspirada de sus partituras para la saga, pero sigue siendo insustituible e imposible de imaginar sin él.
En conclusión, esta El Despertar de la Fuerza, sienta las bases para lo que esta por llegar, sin sorpresas, todo hay que decirlo, pero que de cara a próximas entregas puede dar mucho de sí. Los fans pueden respirar tranquilos, no ha vuelto a repetirse lo de 1999, cuando se inaugurará la anterior trilogía, con un George Lucas al mando, muy pasado de vueltas, esta vez, y a pesar de sus defectos, sí que se trata de un regalo para los freaks. La próxima cita con Star Wars será dentro de un año en 2016, con el primero de sus spin off, Rogue One, centrado en unos piratas espaciales, y ya al año próximo, cerrando 2017, volveremos a seguir la historia donde la ha dejado este Episodio VII, con una nueva entrega, dirigida en esta ocasión por Rian Johnson (Looper) y con el mismo plantel protagonista.
Lo mejor: El tono clásico presente durante todo el metraje.
Lo peor: La sensación de deja vu y previsibilidad en las escenas de mayor climax.Propiedad de ElAltramuz.com