Steal Away – Robbie Dupree

Publicado el 18 febrero 2015 por Srhelvetica

Delicias enterradas por el paso de los años, pero que pese a ello mantienen intacto su sabor original: el de esta “Steal Away“, de Robbie Dupree, es indudablemente edulcorado, hasta el punto que disparará las alarmas de todos aquellos que temen una subida del azúcar, más que un diabético encerrado en la cámara frigorífica de una pastelería.

La canción se publicó en 1980, y aunque se convertiría en el gran éxito de Dupree, hoy en día apenas es recordada. De hecho, a mí me la dio a conocer ¡el año pasado! un excelente recopilatorio titulado “Too Slow To Disco“: como su nombre muy bien señala, se trata justamente de una colección de pistas de aquello que vino a llamarse soft-rock, sonido west-coast, vanilla-funk o yatch-rock; esto es, tímidos acercamientos desde la orilla del pop a la pista de baile, que si bien no daban para una buena sudada, sí que invitaban a un cierto meneíllo optimista.

Unas líneas sobre Dupree: Hippie durante de la década de los 60, y aprendiz de Nile Rodgers (Chic) en los 70, Robert Dupuis (ese era su nombre real, imagino que demasiado afrancesado para el gusto yankee) grabó su primer disco en 1980, de la mano del sello Elektra. El tema que le daba título era este que hoy protagoniza la entrada, el fantabuloso “Steal Away“: un hit mundial con influencia más que evidente de los Doobie Brothers de Michael McDonald , hasta el punto de que muchos incluso llegaron a pensar que se trataba de una nueva canción de los autores de “What a Fool Believes“. En cualquier caso, se trataba de una joya de ese sofisti-pop apto para todos los públicos, en el que una trasnochada producción (tenéis que pensar que por aquel entonces el sonido new-wave se lo estaba llevando todo por delante) se encargaba de que absolutamente nada chirriara:  el resultado era ciertamente colindante con el muy denostado AOR.

A Dupree sólo le duraría el contrato con Elektra hasta el tercer disco, cuando a finales de los 80 era más que evidente que todo aquello estaba pasadísimo de moda. Tuvo que publicar “Carried Away” con otra discográfica, y para entonces, podía olerse en el aire que el autor ya había quemado sus mejores cartuchos, con la pista a la que va dedicada esta entrada, y con sus éxitos (menores) “Hot Rod Hearts” (80) y “Brooklyn Girls” (81). Quizá lo más relevante de su discografía posterior sea su contribución con la canción “Girls In Cars” al recopilatorio “Piledriver – The Wrestling Album 2“, una colección de canciones con la que se homenajeaba al delirante mundo de la lucha libre norteamericana. (El tema servía, entre otras cosas, para acompañar la llegada al ring del equipo de luchadores Strike Force: toma ya). Y de ahí, al olvido, que es más o menos lo que viene a ser estar enrolado en la típica típica gira de estrellas olvidadas (All Star Rock Concert Series suena mucho mejor) para un público definitivamente aferrado a la nostalgia.

Las vueltas que da la vida, este sonido por el que hubieras sido condenado al destierro en los 90, hoy vuelve a ser reivindicado, por gente como las hermanas Haim o el escurridizo Ariel Pink. Y qué injustos somos a veces con la odiosa (justificadísima, ojo) etiqueta de one hit wonder: con los años parece que pesa más por su comienzo que en su tercio final.

Come on and hold me
Just like you told me
Then show me
What I want to know

Why don’t we steal away
Why don’t we steal away
Into the night
I know it ain’t right

Don’t tease me
Why don’t you please me
And show me
What you came here for

Why don’t we steal away
Why don’t we steal away
Into the night
I know it ain’t right
Into the night, babe
Baby tonight

Ooh
I caught you glancing my way
And I know what you’re after
(No second chances tonight)

Why don’t we steal away
Why don’t we steal away
Why don’t we steal away
Why don’t we steal away
Into the night
I know it ain’t right
Into the night
I know it ain’t right

Why don’t we steal away
I know it ain’t right
Into the night, babe
Why don’t we steal away
Make it tonight
Why don’t we steal away

Como curiosidad, ahí dejo la ineludible versión  que el propio Dupree hizo de su éxito, en nuestro idioma. Se tituló “Naveguemos” y, como no podía ser de otra manera, está interpretada en ese castellano algo macarrónico resultante de proporcionar a su autor una conversión fonética de la letra en nuestra lengua: se merece la escucha, sólo por el (simpático) esfuerzo.

Publicado en: Greatest HitsEtiquetado: 1980, Elektra, Robbie Dupree, Soft Rock, The Doobie Brothers, Vanilla-funkEnlace permanente4 comentarios