“Veis esta barraca de whiskey. Yo os la serviré gratis si me ayudáis a levantar un salón donde poder beberlo tranquilamente”
Las palabras de Jack Deighton, popularmente llamado Gassy, no cayeron en saco roto entre los trabajadores del molino aledaño. Al día siguiente, el local estaba funcionando. Corría el 1.867. El asentamiento se hizo cada vez mayor. Solo faltaba darle un nombre y, ¡como no!, Gastown fue el elegido “la ciudad de Gassy”.Las tareas de reconstrucción no rehicieron esperar. Ahora ya, aplicadas nuevas técnicas, Gastown deslumbra por el empedrado de sus calles; la llegada de la electricidad y, sobre todo, por la elegancia de sus casas de estilo victoriano. No fue hace mucho tiempo, en 1971, cuando el gobierno canadiense decide preservar a Gastow. Se declara a esta zona como histórica protegiendo todo su patrimonio y ¡como! no a sus edificios.
Tener la fortuna de viajar y conocer nuevos lugares te aporta, además de felicidad y satisfacción personal, la oportunidad de descubrir curiosidades a las que ya no estamos acostumbrados.
Perfectamente adaptado a la idiosincrasia del barrio, el Reloj de Vapor de Gastown inicialmente vino a tapar una rejilla de vapor de las muchas y abundantes que existen en el subsuelo de Vancouver. Aún cuando su aspecto podría parecer muy antiguo (con acabados de cobre, latón y cristal, en puro estilo victoriano), Saunders lo construyó en 1.977.
El resultado es que con cada cuarto, asemejando a los cuartos del famoso reloj de Westminster, se emite un pitido de silbato y el reloj expulsa de forma visible el vapor generado. Con cada una de las horas, el toque de silbato se sustituye con el de una bocina.
Todo ello se ha convertido en una popular atracción turística aún a sabiendas que el sistema, para su perfección, es ayudado por tres motores eléctricos que accionan dos ventiladores. De esta forma se sopla el vapor a la parte superior y se controla unas válvulas que nos permiten escuchar los silbatos.
Nosotros lo disfrutamos en esta bella ciudad, Vancouver, con la misma SALUD que te deseo a ti, ciudadano viajero.
Nota: La preciosa foto invernal del reloj (a la mitad del artículo) está tomada por Mike Tidd en Flickr.