Stephen King lo ha vuelto a hacer. El visitante es su penúltima novela hasta el momento -ya ha salido a la venta La cajita de botones de Wendy - y demuestra que el maestro se sigue despachando sus libracos sin esfuerzo, 592 páginas que se terminan sin darse uno cuenta.
El visitante está relacionado con la trilogía de Mr. Mercedes y puede considerarse tanto un spin-off como una cuarta novela de la serie. Puede leerse de forma independiente, porque es autoconclusiva, pero King revela bastantes acontecimientos de la trilogía original. Así que, a quien no haya leído Mr. Mercedes y piense hacerlo -o ver la serie de TV-, le recomendaría que deje El visitante para después.
Pero King no se autorreferencia solo ahí, sino que retoma un tema recurrente de su universo que ya había tratado en su relato "El coco", de El umbral de la noche (1976) e It (1986). Nos referimos al Coco, el hombre del saco, el Sacamantecas. el Cucuy o el Boogeyman, como queramos, porque es una figura ubicua en prácticamente todas las culturas del planeta.
El visitante no es tanto una novela de terror como una trama de misterio. A la que le podemos quitar el componente sobrenatural y sigue siendo un excelente thriller policíaco. King maneja el ritmo como siempre y relata todo lo relativo a la investigación policial, la búsqueda de pistas, los interrogatorios a testigos y la caza del criminal como si llevase toda la vida escribiendo novela de intriga.
Para ello recupera al personaje de Holly Gibney de la trilogía de Mr. Mercedes, la investigadora meticulosa, intuitiva, brillante y con trastornos de ansiedad, que aquí aparece hacia la mitad de la novela y que se convierte en pieza clave para resolver el misterio del visitante. Porque existe un protagonista, el policía Ralph Anderson, pero en realidad es una novela coral en la que varios personajes se reparten el peso de la trama con bastante paridad.
King toma al Coco y lo sitúa en el centro de varios asesinatos sin relación visible entre sí, cometidos por personas normales, "apreciados miembros de su comunidad", como ese vecino que un día asesina a su familia y sorprende a todos porque siempre saludaba.
Estar familiarizado con la obra de King e irse de listo puede llamar al despiste. Porque el argumento de que una persona esté a la vez en lugares alejados lleva a intentar relacionar El visitante con o con los territorios de . Pero no, como tampoco la visión de personas de rasgos desdibujados y portando prendas amarillas la relaciona con los hampones del Rey Carmesí.
Pero todo es más sencillo. El visitante está mucho más cerca de It, como dijimos. El monstruo tiene una motivación muy similar, tanto como el grado de truculencia. Y el de referencias a la cultura popular, como el cine mexicano de luchadores. Luchadoras, en este caso. Eso sí, ahora los iPad son omnipresentes e Internet es la gran aliada de los investigadores.
El visitante está siendo un éxito -un poco más de 4 estrellas en Goodreads-, con lo que el público avala el nuevo rumbo literario del rey del terror. Y se nota que está cómodo con Holly Gibney, que el personaje ha crecido más de lo que su autor esperaba. Así que es muy probable que haya nuevas aventuras de la investigadora obsesivo-compulsiva y asidua de Walmart en el futuro.