Hoy no hay Pasa la vida. La diosa fortuna ha hecho coincidir la muerte del visionario Steve Jobs con la adquisición de mi nuevo smartphone y tengo un montón de cosas a configurar, mover archivos, contactos, música…en fin, para que aburriros.
He de admitir que no soy un usuario de Apple, más que nada porqué cuando empecé con esto los Macs eran muy caros y el programa que utilizaba para trabajar – el 3D Studio (antes del Max) – no tenía versión para Apple. Pero hay que reconocer que Steve Jobs – con sus luces y sus sombras – ha significado un antes y un después de este mundo de ordenadores, sociedad de la información y, más recientemente, móviles y tablets. Os quiero poner el archiconocido discurso que hizo en la Universidad de Stanford pues es uno de los mejores discursos que yo haya oído.
Y para equilibrar un poco la cosa – por aquello de las luces y sombras que os decía antes – recomendaros que os leáis el libro De Pepsi a Apple escrito por John Sculley, un relato apasionante sobre la historia de los ordenadores en general y los de Apple en particular (y de gestión de empresas y marketing), en donde se nos muestra el Jobs más humano y con fallos, lejos del cuasi mesianismo que le atribuyen actualmente.