Las redes sociales recuerdan su legado y su filosofía empresarial, la de creer y amar aquello que haces. Padrino de la informática y amante de las nuevas tecnologías, Steve Jobs no sólo revolucionó la oferta digital sino que se convirtió en un genio creativo que abandonó su trono dejando el listón muy alto para los sucesores de tan prolífica herencia.
Su concepción de la vida es expresada por él mismo en su discurso: “su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario”. Murió un adelantado de su tiempo que hubiese cambiado toda su tecnología por una velada con Sócrates. Nos dejó su símbolo estrella, una manzana mordida. Nos permitió ver el futuro. Puso el mundo cibernético en nuestras manos.