Sí eres un turista norteamericano que va hacia el London Bridge en bus, y te pasas de parada, lo mejor que puedes hacer que puedes hacer es formar una banda con la gente que se baje en la siguiente parada contigo, sobre todo si es una guapa rubia llamada Tessa. Esto es lo que debió pensar Greg Hughes aquél nublado día londinense, ya que el mismo asegura que esta historia es cierta.
Esta anécdota le viene que ni pintada a su música, ya que llevan un rollo muy cinematográfico, y oscuro – parece que Julee Cruise y su Falling han influido más de lo que pensábamos – que es ideal para estos días de otoño.
En este debut, Still Corners se mueven entre la calma del dream-pop, y un indie-pop lleno de misteriosos y envolventes sonidos. Una vez más tenemos que hablar de los Cocteau Twins como máxima influencia, y es que parece que la banda de Elisabeth Fraser es la favorita de los nuevos grupos tristones de estos días. Eso en los temas más tranquilos, porque de vez en cuando se ponen en marcha y nos sueltan temas The Twilight Hour y Submarine, que a mi particularmente, me recuerdan mucho a los británicos Saloon, aquella estupenda banda que sacó dos discos a finales de los noventa, y que nunca más se supo de ellos.
Desde luego, su rollo se les da muy bien, pero claro, primero tiene que gustarte que te canten sobre brujas; bosques misteriosos y alguna que otra leyenda urbana que le de misterio a su música. Vamos, que esa historia del autobús puede encajar perfectamente en un capitulo de The Twilight Zone.
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