Director: Edgar G. Ulmer
Segunda película del día: "Strange Illusion", de Edgar G. Ulmer. Puede que si la comparamos con su antecesora, "Detour", no nos parezca tan buena ni importante ni magistral, pero si la miramos por lo que es (como corresponde, aunque no estoy seguro de si sigo mis propias instrucciones: lo cierto es que la idea de este blog es comentar lo primero que se venga a la mente, no seguir pautas. ¿Qué clase de sujeto soy?), "Strange Illusion" es una correcta y cumplidora película, nada más y nada menos. Ni muy impresionante ni muy decepcionante, más bien un justo e inocuo equilibrio. Ya me explayaré ligeramente mejor... Antes de continuar, un dato que se me olvidó: "Detour" es la entrada número 600 del blog, así que ya saben: hip, hip, hurra (x2)... Seguimos creciendo, qué lindo ¿no?
Paul es un joven que tiene un terrible sueño: tiene que ver con la muerte de su padre y una misteriosa sombra que amenaza con hacerle daño a la madre y a la hermana. Alertado por esta visión, el chico decide retornar a la casa materna y seguir su corazonada. No demora en encontrar a un hombre de sospechosas intenciones que pretende conquistar a su viuda madre. El chico hará todo cuanto esté en su poder.
"Strange Illusion" pudo haber sido una película mejor narrada y ejecutada y por lo tanto disfrutable. La premisa argumental es un enigma, una incógnita: ¿quién será la sombra que amenaza con acabar con la familia del joven Paul? La presencia del pretendiente de la viuda es sospechosa, claramente, y algunos pueden argüir que su inclusión es predecible y que en ningún momento generaba inquietud, a lo que no puedo rebatir apropiadamente toda vez que yo también dudaba de sus intenciones, pero es cierto que la incógnita se pudo haber aprovechado mucho más y mejor, haber jugado con la aparente obviedad de la culpa del pretendiente. ¿Por qué? Pues porque todo parte de un sueño, ¡un sueño, por dios! El chico podría estar loco de remate y Ulmer pudo haber aprovechado lo incierto de su visión para plantear dudas sobre la acusación en ciernes, como una suerte de equívoco: a lo mejor el pretendiente es honesto y está enamorado de verdad y lo del sueño no es más que una desafortunada coincidencia. La inversión de roles (el pretendiente como víctima de calumnias), ciertamente, habría sido una jugada interesante. A partir de ahí, Ulmer podría haber establecido, de nuevo, el componente moral como pilar fundamental del relato, inyectando ambigüedad y suciedad a cada fotograma, a cada incierta palabra y acto que provenga del chico. Por desgracia, al poco rato el guión decide irse a la segura y mostrar la verdadera cara del hombre y sus malévolos planes, por lo demás, rompiendo la lógica que tenía al joven Paul como único punto de vista en donde no sabe nada salvo su sueño y uno que otro dato que sale a la superficie. Repentinamente, lo sabemos todo. De esta forma, se aniquila la incógnita y el relato pasa a ser una confrontación desde dos frentes de moral muy definida (el bueno total contra el malo abominable) cuyas estrategias las vemos desarrollarse alternadamente, sin mayores sorpresas ni giros dado que las cartas ya están sobre la mesa. Efectivo, pero poco emocionante. Tiene escenas de cierto suspenso mejor rodadas que otras, a grandes rasgos el devenir de la trama luce convincente y fluido, pero se sigue un esquema bastante visto y sobre el cual no se experimenta tal como lo hacía "Detour", por lo que aunque todo marche sobre ruedas y funcione formalmente, no acaba por inquietar ni interpelar de la misma forma en que Ulmer nos abofeteaba con aquella genialidad protagonizada por Tom Neal. Es una película que avanza sin pena ni gloria. Como dicen, las fórmulas están para romperse o al menos subvertirse, y acá tal cosa no se hace ni por asomo. En pocas palabras, "Strange Illusion" es un decente thriller pero una película bastante discreta. No se llevarán un disgusto, eso es seguro.