Straperlo, la ruleta que hizo caer el gobierno de España

Por Ireneu @ireneuc

Jugando con la Straperlo

En un momento de crisis como el actual, la gente se las ingenia para poder salir adelante a pesar de todos los obstáculos que se encuentre a su paso. Unas veces con iniciativas imaginativas y otras veces trapicheando como se pueda, coqueteando con la ilegalidad cuando no lanzándose apasionadamente a sus brazos. Esto que pasa en la actualidad, no es nuevo, ya que tras la Guerra Civil, la durísima posguerra hizo que la gente agudizara las meninges para ganarse la vida a base del mercado negro de productos racionados o directamente prohibidos. Fue la conocida España del Estraperlo. Del "estraperlo" hemos oído hablar ampliamente, sobre todo a padres y abuelos, pero... ¿sabe de donde viene el término? Una ruleta amañada ligada a sobornos al más alto nivel del gobierno español durante la II República son los culpables.

Alejandro Lerroux

A mediados de 1934, la convulsa vida política de la España republicana estaba en plena ebullición. El Partido Radical (centro-derecha) y el CEDA (derecha) habían formado una coalición que tenía la misma solidez que una torre de gelatina, habida cuenta que lo único que los unía eran las ganas de pillar la poltrona y poco más. La oposición de los partidos de izquierdas, tampoco ayudaba mucho a dar estabilidad a un gobierno que se meneaba más que el rabo de una lagartija.
En medio de este meollo político-social, un empresario alemán nacionalizado mexicano llamado Daniel Strauss, intentó instalar en España una ruleta eléctrica que tenía que ser la sensación: la Straperlo. Esta ruleta, la cual funcionaba a monedas como una tragaperras cualquiera, tomaba el nombre del acrónimo de los socios que la habían construido Stra (de Daniel Strauss), Per (de Joachim Perlowitz) y Lo (de Frieda Lowann, la esposa de Strauss). No obstante, el juego estaba prohibido en el país por lo que no parecía demasiado factible hacerlo, aunque sabido es que los billetes de banco tienen la facilidad de abrir puertas en las más sólidas murallas... y aquí hay auténtico furor por estas "llaves".

Perlowitz (Izq), Strauss (der) y Companys

Strauss, tocando sus teclas magistralmente -incluso se codeó con Companys-, contactó con Aurelio Lerroux -Delegado del Estado en Telefónica, sobrino e hijo adoptivo del primer ministro español, Alejandro Lerroux- ofreciéndole el producto y consensuando unos pingües beneficios caso de poder introducir la ruleta. La idea era explotar el hecho de que la maquinita de marras no era de "azar" -lo cual estaba estrictamente prohibido-, sino de habilidad (se tenia que hacer circular una bolita por un circuito y hacer coincidir su caída sobre la ruleta con el número deseado) para conseguir el permiso de instalación. En realidad era una ruleta sensu strictu que estaba amañada para que la banca siempre ganase, pero este sutil detalle tampoco importaba demasiado, porque lo importante era conseguir el permiso... y eran muchas las "puertas" a abrir.

Strauss, Joaquín Gasa (centro) y Perlowitz

Tras una serie de exhibiciones con gente conocida que participaría en el negocio, en el cual se encontraba Aurelio Lerroux -que decía ser representante de Alejandro Lerroux-, el diputado Sigfrido Blasco-Ibañez (el hijo del escritor), el mítico boxeador Paulino Uzcudun y toda una pléyade de altos cargos del gobierno, se llega a la conclusión que la dicha ruleta es de destreza y habilidad (el azar no intervenía en absoluto, lo cual era verdad, pero no en el sentido original). Tras muchas negociaciones y sobres diversos encarados a hacer que las bisagras de las puertas no chirriasen, se determinaron los porcentajes a repartirse: 50% para Strauss y el 50% para Lerroux y resto de "beneficiarios". La ruleta se inauguró en un Gran Casino de San Sebastián atestado de gente para la ocasión el 12 de septiembre de 1934. No obstante poco duraría la alegría.

Anuncio del Hotel Formentor

A pesar de haber conseguido fraudulentamente los permisos, el Ministro de Gobernación aquel mismo día forzó al cierre del casino, ya que no había ninguna ley que permitiese el juego en España. Frustrado este primer intento, en diciembre se instaló en el Hotel Formentor de la isla de Mallorca, pero pasó exactamente lo mismo pasados unos días. La instalacion de la Straperlo en España, había sido abortada.

Niceto Alcalá-Zamora

Strauss, cabreado como una mona después de haber "ensobrado" a la mitad de los políticos del país y ver que sus intenciones de poder instalar su "juego de habilidad" no se podrían llevar a cabo definitivamente, en septiembre de 1935 escribió una carta al presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, denunciando el caso y reclamando -con toda la jeta del mundo y una poca más- que se le compensara con 85.000 florines holandeses por los gastos incurridos (unas 400.000 pesetas de la época). La carta acabó filtrada a todos los medios de comunicación, armándose la marimorena y abriéndose la veda de la caza del político corrupto tan pronto como llegó a la opinión pública.

Indalecio Prieto

El escándalo de la Straperlo, utilizado desde la oposición de forma muy hábil -hay quien sostiene incluso que la carta fue escrita por Indalecio Prieto, entonces en el exilio, quien sospechosamente tenía contactos con Strauss- sirvió para hacer caer un incómodo y corrupto Partido Radical entre las fauces de la oposición izquierdista y la derecha más beligerante. 
La oposición (Socialistas e Izquierda Republicana) se lanzó a degüello contra el gobierno, pero no solo la oposición, sino que la propia CEDA -socios del Partido Radical en el poder- se tiraron a la yugular de Lerroux y su partido. Las investigaciones parlamentarias -dudosamente ecuánimes o directamente partidistas-  y el escándalo mayúsculo subsecuente acabaron con la dimisión del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones en 1936, que ganadas por la izquierda por los pelos, fueron el prolegómeno de la Guerra Civil.
El tremendo escándalo que se formó acabó por hacer que la gente acuñase la palabra "estraperlo" como forma de definir un chanchullo o negocio ilegal, en definitiva, una forma de vida al margen de la oficialidad que, años después casi se institucionaliza hasta mediados de los años 50 y, a pesar de estar en pleno siglo XXI, desgraciadamente sigue vigente en la España de nuestros días. 

La ruleta Straperlo, un juego de habilidad... para la banca


Webgrafía