La historia americana cobra vida en Philadelphia, calles adoquinadas y edificios en donde se escribió gran parte de lo que hoy es uno de los países más poderosos del mundo.
Viernes 19 de agosto
Por mucho que te planifiques las rutas cuando viajas por Estados Unidos los trayectos se hacen interminables, los distancias son enormes y el tráfico para entrar a cualquier ciudad o población mínimamente grande es desesperante. Y si encima coges una carretera hacia el W en lugar del E… Malditos gps que no se actualizan cuando tienen que hacerlo… Con lo bien que llegaba yo a los sitios con mis mapas de papel…
Llegamos a Philadelphia, capital del estado de Pennsylvania, algo más tarde de lo acordado con Julie y Paul, los dueños de la casa donde nos alojaremos esta noche. Está ubicada en las afueras de la ciudad, en un barrio residencial muy tranquilo no demasiado lejos del centro. La casa es enorme y las habitaciones que nos han reservado son cómodas y espaciosas, pero lo mejor de todo es Julie, una mujer encantadora con aire hippy que hace todo lo posible para que estemos a gusto en su casa. Solo pasamos una noche aquí, pero nos llevamos un gran recuerdo de este lugar con un encanto tan especial.
Tenemos pocas horas para conocer Philadelphia, así que nos centraremos en las zonas más importantes.
Comenzamos por el Reading Terminal Market, un enorme mercado con cocinas de todo el mundo, sandwiches de tamaño XXL, una gran variedad de burgers y varias zonas centrales donde degustar la comida compartiendo mesa con locales y turistas.
A dos manzanas y ocupando una gran plaza a puertas del Finantial District con sus rascacielos, sobresale el City Hall que con sus 167 metros fue el edificio más alto de Philadelphia hasta la construcción del One Liberty Place en 1984.
Unas calles hacia el Este se encuentra el Independence National Historic Park. A este parque en forma de L junto a la Old City se le llama “La milla cuadrada con más historia de EEUU” y es fácil entender el motivo. En los edificios de la zona se ideó la Guerra de Independencia y se creó el gobierno de la nación. En el Independence Hall, de estilo georgiano, los delegados de las 13 colonias aprobaron la independencia el 4 de julio de 1776. A pocos metros se halla expuesta la Independence Bell que repicaba en los actos importantes, especialmente en la lectura de la Declaración de Independencia que se leyó en la Independence Square.
La Old City ha sido testigo de los orígenes de Philadelphia. Antiguos almacenes que hoy son galerías de arte, apartamentos y bonitas tiendas vintage.
Nuestro instinto más frikie se despierta en la escalinata del Philadelphia Museum Art, más conocida por la película de Rocky de Silvester Stallone en la que el protagonista después de una carrera por las calles de la ciudad, sube las escaleras y llega arriba alzando los brazos en un acto triunfal. Pues bien, tanto los propios ciudadanos como los turistas imitan esta escena hasta llegar arriba, y nosotros no íbamos a ser menos, y con cancioncilla incluida. Desde este punto se obtiene una buena vista de la ciudad.
El Fairmount Park, a orilla del Schuylkill River, es el parque más grande de todo el país, más aún que el Central Park, y está lleno de senderos por los que pasear o ir en bici. Lástima que a nosotros no nos queda más tiempo, está anocheciendo y mañana hay que seguir el viaje hacia otro destino.
Buenas noches.
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